Ahora mismo, Estados Unidos se dirige con un portaaviones a las aguas próximas a Pyongyang ante la posiblidad de que las autoridades norcoreanas decidan probar, por quinta vez, un arma nuclear, en lo que se trataría de una acción que Washington ha prometido no dejar sin respuesta. El vicepresidente estadounidense, Mike Pence, viajará a Corea del Sur el domingo para iniciar una gira de 10 días por Asia.
China, el único gran aliado y benefactor de Corea del Norte, que no obstante se opone a su programa de armas, llamó a realizar negociaciones para una resolución pacífica y la desnuclearización de la península.
"Llamamos a todas las partes a que se abstengan de provocar y amenazarse mutuamente, ya sea en palabras o acciones, y que no dejen que la situación llegue a una etapa irreversible e inmanejable", ha declarado el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, a periodistas en Pekín.
Por su parte, Corea del Norte ha denunciado a Estados Unidos por llevar a la región "enormes activos estratégicos nucleares", según un portavoz del Instituto de Desarme y Paz del Ministerio de Exteriores de Corea del Norte
"Estados Unidos introduce en la península coreana, el mayor foco de crisis del mundo, enormes activos estratégicos nucleares, amenazando gravemente la paz y la seguridad de la península y empujando la situación al borde de una guerra", dijo el comunicado, según citas difundidas por la agencia de noticias norcoreana KCNA. "Esto ha creado una situación peligrosa en la que una guerra termonuclear puede estallar en cualquier momento", agregó.
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