El Obispo Aguirre: "El Papa nos ayudará a salir del laberinto de lágrimas y sangre en el que vivimos en la República Centroafricana"

    • "El Papa no ha querido ni un chaleco antibalas ni tener blindado el coche en el que viaja, pero las medidas de seguridad son muy grandes", explica el Obispo Juan José Aguirre.
    • "Esperamos que las palabras del Papa nos ayuden para celebrar las elecciones y tener periodos de nuestra vida en 2016 más tranquilos, tolerantes y franternos", señala.
Juan Jose Aguirre, obispo de Bangassou
Juan Jose Aguirre, obispo de Bangassou

El cordobés Juan José Aguirre es obispo de la diócesis centroafricana de Bangassou. Lleva 35 años viviendo en el segundo país más pobre de África, un país que en una horas recibe la visita del Papa Francisco. Una visita que no está exenta de riesgo debido al clima de inseguridad que azota al país desde hace más de tres años. Aún así, las calles de Bangui, la capital, están listas para dar la bienvenida al Pontifice. Musulmanes, protestantes, católicos...todos esperan su llegada y sus balsámicas palabras que según el obispo Aguirre les ayudarán "a salir del laberinto de lágrimas y sangre en el que vivimos en la República Centroafricana".¿En unas horas llega el Papa Francisco, ¿cómo afrontan estas horas previas a su llegada?

Con mucha ilusión. Tras vivir tiempos políticos tan quebrantados con muertes, torturas, asesinatos y quemas de casas veíamos que esta visita podía estropearse. Sin embargo, el hecho de que el Papa esté llegando nos causa una gran alegría. Tenemos una gran ilusión de que pueda decirnos cosas que nos ayuden para mejorar el futuro.¿Qué país se encontrará el Papa?

Va a encontrar un ambiente de ebullición, de efervescencia, de mucha alegría porque se está preparando la visita con mucha emoción. No obstante, se dará cuenta de que una parte de la capital, Bangui, está con una línea roja. Hay ciertos barrios que están casi acordonados donde no podrá entrar, donde hay dificultades donde ha habido muertes en esta última semana, donde hay casas quemadas. Por ejemplo, en la parroquia Fátima, donde están tres misioneros combonianos con 800 desplazados que no podrán salir a ver al Papa.

Será consciente de que existe también la otra cara oculta de la ciudad pero verá la otra: la de la gente con banderitas, la de la ilusión de tanta gente que lo va a recibir. El gobierno en pleno lo va a recibir, la mezquita también lo va a recibir con un grupo de musulmanes, los protestantes, los católicos....en fin, un ambiente enfervorecido. Esperamos, soñamos y rezamos para que nadie lo estropee.En el último año y medio se han repetido los capítulos de violencia en el país, ¿cómo es ahora la situación?

Hemos tenido bastante violencia. Por ejemplo, ayer en el barrio Este, más periférico, ha habido bombardeos, disparos de kalashnikovs y quemas de casas.

El ambiente de violencia ha seguido, principalmente por un grupo de fanáticos, que esta vez son musulmanes pero podían haber sido no musulmanes, perfectamente. Y, que han hecho que la visita del Papa se haya puesto en entredicho. Sin embargo, el Papa quiere venir. Ha hecho todo por venir. Esconscientede que hay ciertos niveles de inseguridad pero quiere mirar a este pueblo a la cara y decirle lo que tiene que decirle.¿Hay riesgo de que algún grupo intente atentar contra el Pontífice?

No creo.¿Qué medidas de seguridad se han tomado de cara a esta visita?

Hay 12.000 soldados de la ONU. Está la gendermería vaticana. Hay 900 soldados e inclusos algunos soldados americanos para ayudar en que la seguridad sea completa. El papa no ha querido ni un chaleco antibalas ni tener blindado el coche en el que va a viajar, pero las medidas de seguridad son muy grandes porque no queremos que la pase nada al Papa.¿Ayudará el Papa a visibilizar la dramática situación del país?

Sin duda porque ahora muchos focos están puestos en Centroáfrica. El Papa ha dicho bien claro que iba a Kenia y Uganda con mucha alegría, pero que el fin de este viaje era visitar la República Centroaficana, el segundo país más pobre del mundo. En Centroáfrica estamos como en un laberinto desde hace tres años, dando vueltas...No sabemos cómo salir. Un laberinto de lágrimas y de sangre. Esperamos que el Papa nos enseñe a salir del laberinto por arriba, que nos encuentre una puerta donde podamos salir de ese laberinto y llegar a las elecciones y tener periodos de nuestra vida en 2016 más tranquilos, mas tolerantes y más fraternos. Esperamos que el Papa con sus palabras y sus gestos nos ayude a dar en el blanco y encontrar la salida.

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