Asturias registra un descenso progresivo de tuberculosis hasta 169 casos en 2014

  • El Principado de Asturias registró 169 casos de tuberculosis en 2014, último año completo revisado por los técnicos de Salud Pública, lo que representa una tasa de 15,9 casos por 100.000 habitantes.
EUROPA PRESS

Estas cifras confirman la tendencia descendente que se inició en 2010, cuando se registraron 22,5 casos por cada cien mil personas, según indican desde el Gobierno autonómico en nota de prensa coincidiendo con la conmemoración del día mundial de la enfermedad.

Asturias ocupaba en 2014 la novena posición entre las comunidades autónomas por incidencia de la enfermedad, con una tasa ligeramente superior a la media nacional. De los casos confirmados ese año, el 94,7% fueron nuevos, mientras que el porcentaje de recidivas, es decir, aquellas situaciones en las que la enfermedad reaparece tiempo después de padecida, se situó en el 5,3%, lo que indica que se está produciendo un adecuado manejo y seguimiento de esta patología. No obstante, esta enfermedad continúa siendo un problema de salud pública en Asturias y podría sufrir fluctuaciones en los próximos años.

La incidencia de la tuberculosis sigue siendo más notable en los hombres (59,2%) que en las mujeres (40,8%), especialmente en las personas mayores de 65, y ofrece diferente perfil según la edad y el sexo. La afectación pulmonar es la predominante, con o sin otra localización, y de estos casos, el 43,5 % son bacilíferos (transmisores).

El factor de riesgo más frecuente es el tabaquismo (30,8%), seguido de la diabetes (14,2%) y la silicosis (10,7%). Sólo un 0,65% de los casos presentan infección por VIH.

En el 90,5% afecta a personas nacidas en España, frente al 9,5% de los que provienen del extranjero. De estos últimos, el 75% se infecta aquí. El 78,7% de los enfermos reaccionan satisfactoriamente al tratamiento, ya que una vez completado se constata por diagnóstico microbiológico que se han curado.

En 2014, un 12,4% de personas afectadas por esta patología fallecieron durante el tratamiento, la mayoría por motivos atribuibles a la propia infección.

El diagnóstico precoz, el tratamiento, la detección de los contactos y su profilaxis, especialmente en las personas con más riesgo de desarrollar la enfermedad, constituyen los principales medios para evitar su difusión, tal y como se recoge en el Estrategia de la OMS El fin de la tuberculosis, que persigue eliminar esta epidemia mundial en 2035.

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