FONTILLES ALERTA EN UNA WEB SOBRE EL OLVIDO DE LAS ENFERMEDADES LIGADAS A LA POBREZA

La asociación Fontilles, referente en la lucha contra la lepra, alerta en una página web abierta al público este viernes sobre el olvido y la desatención de las enfermedades tropicales ligadas con la pobreza.
La publicación de esta página coincide con el segundo aniversario de la firma, el 25 de septiembre de 2015, de los 'Objetivos de Desarrollo Sostenible' de Naciones Unidas para 2030, entre cuyas metas destaca la erradicación de dichas patologías, que afectan a 1.000 millones de personas en todo el mundo, una sexta parte de la población del planeta.
La web 'enfermedadesolvidadas.org', desarrollada gracias a la colaboración del Ayuntamiento de Valencia y con versión bilingüe castellano-valenciano, pretende sensibilizar a la población sobre la persistencia de la lepra, el mal de Chagas, la úlcera de Buruli, la leishmaniasis cutánea y la filariasis linfática.
Según un comunicado de esta ONG, “lejos de reducirse y pese a disponer de tratamientos de prevención y cura efectivos y poco costosos, la prevalencia de las enfermedades tropicales desatendidas (ETD) se mantiene estable como consecuencia de la falta de acceso de las personas afectadas a una atención sanitaria adecuada debido a la extrema pobreza de las zonas del planeta en que se producen”.
En 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) fue informada de la detección de 211.973 nuevos casos de lepra en 102 países, sobre todo en India (127.326), Brasil (26.395) e Indonesia (17.202); 2.037 casos de úlcera de Buruli en 13 países, fundamentalmente de África Occidental y Central, y 177.085 casos de leishmaniasis cutánea en 34 países, básicamente en Siria (50.972), Afganistán (19.707), Brasil (19.395), Iraq (18.884) e Irán (18.607).
Además, la OMS calcula que entre 6 y 7 millones de personas viven afectadas por el mal de Chagas, mayoritariamente en América Latina, y 120 millones por la filariasis linfática, generalmente conocida como elefantiasis.
La asociación Fontilles recordó que las ETD se concentran en zonas rurales o urbanas, principalmente suburbios de grandes ciudades, en las que los efectos del calor y la humedad se ven agravados por unas condiciones de vida extremas: falta de agua potable, ausencia de saneamiento y canalización de aguas residuales, presencia de aguas estancadas, acumulación de basura, hacinamiento de la población y debilidad de los sistemas locales de salud.
Según explicó el coordinador de proyectos internacionales de esta ONG, Eduardo de Miguel, aunque las consecuencias de las ETD varían, todas ellas provocan, si no se tratan a tiempo, consecuencias que tienden a perpetuar la situación de pobreza y el riesgo de exclusión social. Destacan, entre ellas, el surgimiento de discapacidades, ceguera, hemorragias severas, úlceras, lesiones crónicas, e, incluso, la muerte.
Además, "el terrible estigma que les acompaña genera discriminación y rechazo, no sólo de las personas enfermas, sino también de sus familiares más cercanos", concluyó.

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