CADA AÑO, 800 MENORES DE 18 AÑOS SON DIAGNOSTICADOS DE ICTUS EN ESPAÑA

Cada año, unos 800 menores de 18 años son diagnosticados de ictus en España y, al contrario de lo que ocurre con los adultos, el diagnóstico se produce muy tarde al confundir sus síntomas con otras patologías como encefalitis, epilepsia o migraña, según advirtió la doctora Mari Luz Ruiz-Falcó, neuropediatra del Hospital Infantil Niño Jesús de Madrid.
En declaraciones a Servimedia, esta especialista explicó que “el ictus pediátrico es muy desconocido pero existe e, incluso, su prevalencia es mayor que los tumores cerebrales. En la edad adulta la intervención por ictus es inmediata, ya que existen unidades hospitalarias que lo identifican de forma inmediata, por lo que en muchos casos la recuperación de estos pacientes es completa”.
“No ocurre lo mismo con los niños, ya que ante los mismos síntomas que los adultos, un pediatra no piensa que un menor pueda tener un ictus e identifica los trastornos físicos con otras dolencias como encefalitis, migraña, epilepsia o incluso un problema de cadera si el niño cojea", explicó.
"Sin embargo", continuó, "un neuropediatra sí es capaz de identificarlo por su experiencia y, al igual que ocurre con los adultos, el tratamiento debe llevarse a cabo en los primeros instantes para que un niño tenga la misma oportunidad que un adulto de recuperarse”.
Hablar de forma incorrecta, tener problemas de movilidad en piernas o brazos, desfiguración del rostro o no identificarse a sí mismo son algunos de los signos de alarma que pueden ser provocados por un ictus.
“El ictus es una obstrucción arterial que no permite el riego sanguíneo en una parte del cerebro y puede ser hemorrágico por rotura de vasos o el provocado por una inflamación arterial. Este último es el más frecuente entre los niños porque las arterias se inflaman por procesos infecciosos como el provocado por una varicela”, añadió.

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