Lafferty, el nuevo George Best de Irlanda del Norte

El delantero norirlandés Kyle Lafferty recuerda al legendario George Best, la gran leyenda de esta selección británica, aunque con menos talento.

El domingo en Niza, contra Polonia, en el debut en la Eurocopa, podrá demostrarlo.

"Nunca he estado tan excitado antes de un partido", reconoció este semana el jugador de 28 años que parecía perdido al explicar que le gustaría jugar contra... Argentina en la cita continental. "Es nuestra primera gran cita internacional. Sería enorme marcar en un torneo tan importante. Nunca me he sentido tan bien", señaló.

Palabras que contrastan con el pánico en su país tras su lesión en los aductores el martes en el entrenamiento. Pero finalmente el delantero centro de 17 goles en 52 partidos internacionales estará en el partido y la nación pudo respirar.

"#recenporkyle" fue incluso trending topic de la semana en Twitter en Irlanda del Norte.

"Va mejor pero el otro día, estaba un poco como Bambi sobre hielo", bromeó el defensa Gareth McAuley. Algunos dicen incluso que durmió en la capilla del hotel.

"Nos dio miedo en el entrenamiento, pero después vimos que no era tan grave", añadió.

Formado en Burnley, Lafferty se reveló en Glasgow con los Rangers antes de dejar el club en 2012 cuando aparecieron los problemas financieros.

Más aventurero que la mayoría de los británicos, siguió su carrera en Sion, en Suiza, y después en Palermo en la segunda división italiana, donde se labró una reputación especial.

Con once goles en 34 partidos de Serie B, ayudó a los sicilianos a ascender, pero el volcánico presidente Maurizio Zamparini cortó la aventura al acusarlo de mujeriego.

En un país que ha adulado a George Best, la conducta de este efímero esposo de una Miss Escocia solo ha reforzado su popularidad.

En 2014, volvió de este modo a Gran Bretaña, al Norwich para ayudar al club a ascender a la Premier League. Tras media temporada, fue prestado en febrero de 2015 al club turco Rizespor antes de regresar al Norwich al inicio de la temporada.

Sin brillar, con dos goles en nueve partidos solamente, el longilíneo atacante (1,93 y 71 kg) terminó por ser de nuevo prestado en abril al Birmingham, en segunda división.

Pero cuando se pone la camiseta de la selección, se transforma, como muestran sus siete goles en las eliminatorias.

Un total modesto comparado al del polaco Robert Lewandowski (13 tantos) pero que le permite alimentar la idea de un duelo a distancia menos desequilibrado de lo que parece.

"Sus estadísticas eran buenas antes de que yo llegara, pero había problemas de disciplina", explicó antes de la Eurocopa el seleccionador Michael O'Neill.

"Le dije que no tendría problema con él y que sería su amigo en el vestuario. Es un jugador muy importante para nosotros y le hice ser consciente de que tiene que cambiar", añadió.

El resultado es que, antes de su primer torneo desde el Mundial-1986, Irlanda del Norte lleva doce partidos sin derrota, la más larga serie entre los participantes en la Eurocopa.

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