‘EL NINO’ LLEVA 50.000 NUEVOS CASOS DE CÓLERA AL ESTE DE ÁFRICA Y 30.000 MENOS AL SUR

El fenómeno climático de ‘El Niño’ cambia la distribución geográfica del cólera en África porque lleva 50.000 nuevos casos de esta enfermedad al este del continente, donde más llueve cuando hay un episodio de este tipo, y se registran 30.000 en el sur, donde escasean las precipitaciones.
Ésta es la principal conclusión de un estudio llevado a cabo por 11 investigadores estadounidenses, franceses y suizos liderado por Sean Moore, de la Escuela Bloomberg de Salud Pública de la Universidad Johns Hopskins (Estados Unidos).
Este hallazgo, publicado en la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’, puede ayudar a los ministerios de salud a anticipar las futuras oleadas de cólera durante los años de ‘El Niño’, con la consiguiente salvación de vidas.
“Usualmente conocemos que ‘El Niño’ se acerca entre seis y 12 meses antes de que ocurra. Saber que hay un elevado riesgo de cólera en una región en particular puede ayudar a reducir el número de muertes. Si hay centros de tratamiento de cólera disponibles, la atención rápida y de apoyo puede reducir la tasa de mortalidad del cólera hasta un 30%”, explica Justin Lessler, coautor del estudio.
El cólera es una enfermedad bateriana infecciosa y frecuentemente fatal que se contrae típicamente a través del suministro de agua infectada, la cual causa vómitos y diarreas importantes. África tiene la mayor cantidad de muertes por esta enfermedad en el mundo.
'El Niño’ es un fenómeno natural que ocurre cíclicamente cada dos a siete años y se produce por la interacción entre el océano y la atmósfera en las zonas oriental y central del Pacífico ecuatorial, lo que eleva la temperatura superficial del agua en esta parte del planeta y cambia los patrones climáticos extremos en todo el mundo. En África oriental provoca un aumento de precipitaciones y un descenso en las zonas más secas del norte y el sur del continente.
¿CÓMO SE HIZO EL ESTUDIO?
Para realizar el estudio, los investigadores recopilaron información sobre casos de cólera en África a partir de 360 conjuntos de datos separados, y analizaron 17.000 observaciones anuales de 3.710 lugares diferentes entre 2000 y 2014.
Señalan que hubo años de episodios débiles de ‘El Niño’ entre 2004 a 2007, mientras que los de 2002-2003 y 2009-2010 fueron clasificados como moderados a fuertes. Además, subrayan que el de 2015-2016 trajo el mayor brote de cólera desde el de 1997-1998.
El número total de casos de cólera en toda África fue aproximadamente el mismo tanto en los años de ‘El Niño’ como cuando no aparece este fenómeno, pero la distribución geográfica de la enfermedad es fundamentalmente diferente.
Durante los años de ‘El Niño’ entre 2000 y 2014, la incidencia del cólera se triplicó hasta alcanzar 50.000 nuevos casos en regiones de África oriental, donde viven 177 millones de personas viviendo en áreas en las que aumentan las lluvias, mientras que hay 30.000 casos menos en el sur del continente durante el fenómeno climático, donde se registran menos precipitaciones de lo normal. Partes del centro de África occidental registran un número significativamente menor de casos, aunque se detectan pocos cambios en los patrones de lluvia.
FALTA DE VACUNAS
Lessler apunta que ‘El Niño’ lleva un clima más húmedo y más cálido a África oriental, pero la lluvia no es la única variable que parece afectar a las tasas de cólera, que casi siempre está ligado a sistemas hídricos vulnerables.
Así, las precipitaciones masivas pueden invadir los sistemas de alcantarillado y contaminar el agua potable de algunas zonas, mientras las condiciones secas de otras áreas pueden significar que las fuentes de agua limpia no están disponibles y la gente bebe de lugares contaminados.
“Los países del este de África, incluyendo Tanzania y Kenia, han experimentado varios brotes de cólera en las últimas décasas. Vincular esos brotes con eventos de ‘El Niño’ y el aumento de las precipitaciones mejora nuestra comprensión de las condiciones ambientales que promueven la transmisión del cólera en la región y ayuda a predecir futuros brotes”, apunta Moore.
El uso de este conocimiento de un vínculo entre el cólera y ‘El Niño’ podría permitir a los países prepararse para los brotes mucho antes de que comiencen, dice Lessler. Actualmente, existe una vacuna aprobada para el cólera, pero sus efectos no son de por vida y no hay suficientes dosis para todos en áreas que podrían ser afectadas por ‘El Niño’. Cuando haya más, puede ser otra herramienta para que los profesionales sanitarios intenten prevenir el cólera mortal en sus países.

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