"10.000 Noches a ninguna parte", el reinicio de Ramón Salazar

  • Doce años después de su aplaudido debut, "Piedras", el malagueño Ramón Salazar regresa con "10.000 noches a ninguna parte", un drama sobre la memoria y las decisiones vitales que para su director y guionista supone "un reinicio" en su carrera, con la libertad creativa y la experimentación por bandera.

Magdalena Tsanis

Madrid, 6 may.- Doce años después de su aplaudido debut, "Piedras", el malagueño Ramón Salazar regresa con "10.000 noches a ninguna parte", un drama sobre la memoria y las decisiones vitales que para su director y guionista supone "un reinicio" en su carrera, con la libertad creativa y la experimentación por bandera.

Entonces tenía 27 años y todo fue "demasiado rápido", admite en una entrevista con Efe. "En un año pasé de estar en la escuela haciendo un corto a competir en Berlín con mi primera película. Ahora miro atrás y me aterra, cómo pude vivir aquello".

El periodo de reflexión comenzó tras el estreno de "20 centímetros" (2005), una comedia musical que tuvo una fría acogida de crítica y público, y que devino en pelea en los tribunales con los productores. "Ahora ya no quiero pensar en qué se espera de mí, sino en cómo lo quiero hacer yo", asegura.

El cambio en Salazar se ha plasmado tanto en el método de trabajo, recurriendo a la improvisación con los actores a partir de biografías, como en el fondo, con una historia en la que recupera sus propios "fantasmas de la infancia".

"Por circunstancias de mi infancia, yo he vivido metido en esa burbuja en la que vive el protagonista -aunque no de forma tan extrema- y esta película expresa los deseos de salir de la burbuja y aprender a ser libre y no quedarte enquistado", asegura.

Para ello ha contado con actores con los que ya trabajó en "Piedras": Andrés Gertrúdix, como protagonista, Susi Sánchez en el papel de la madre enferma y "castradora" que le impide vivir su vida, y Najwa Nimri y Lola Dueñas como las mujeres en las que proyecta sus sueños en distintas fases de su vida.

Con una narrativa no lineal y guiños oníricos, la película transcurre entre Madrid, Berlín y París, y plantea varias lecturas posibles, entre la realidad y la fantasía.

"Es como un puzzle que uno tiene que recomponer, y según lo recompongas te sale una historia u otra", explica Gertrúdix. "Podría ser un 'Elige tu propia aventura 2.0' -en referencia a las novelas juveniles de hiperficción explorativa que se publicaron en España en los 80-, influido por Alicia en el País de las Maravillas".

Para Lola Dueñas, que interpreta a la amiga de la infancia que vive en París, "esta película es la más diferente y personal de Ramón", y ha sido "especial" desde la primera lectura de guión.

"Sólo podíamos leer una vez el guión entero, luego te podías llevar tu parte y del resto de la historia solo te quedaba un recuerdo. Ya desde la lectura no fue normal", explica la actriz, que desde hace unos años vive y trabaja en la capital francesa.

Tal es el compromiso de Dueñas con Salazar, que no dudó en tirarse al Sena en una escena. "Yo pensaba en Jeanne Moreau. Aquí un día se tiró Jeanne Moreau (en "Jules et Jim") y yo no voy a ser menos", exclama.

También Najwa Nimri tuvo que hacer concesiones. El mes de rodaje en Berlín convivió con su personaje y con los actores Paula Medina y Manuel Castillo, prácticamente las 24 horas del día.

"Eso es lo que más me costó para acceder al papel, porque era una condición imprescindible. A Paula y Manuel los conozco y son colegas, pero yo no soy muy de convivencia, me gusta mucho estar sola", confiesa.

En total el rodaje se prolongó durante casi dos años, con dos parones durante los cuales Salazar se dedicó a escribir la adaptación de los guiones basados en las novelas de Federico Moccia "Tres metros sobre el cielo" y "Tengo ganas de ti".

Gracias en buena medida al dinero ingresado por esos trabajos, Salazar se ha podido permitir este ejercicio de libertad creativa.

"Todo pasa por algo y esas novelas aparecieron por algo", señala. "En cierta forma también fue una cura de humildad: escribir para quinceañeros, trabajar para tres cadenas, cuatro productores, un director y un novelista. Eso sí, sin perder la perspectiva para luego volver a mi película con toda la libertad del mundo".

Mostrar comentarios