ANTONIO BELMONTE, UN JOVEN CON TRASTORNO DEL ESPECTRO AUTISTA QUE EMULA A MOZART

- Estudia segundo curso de Grado Profesional de Música y protagoniza el cortometraje 'El solista de la orquesta'. Antonio Belmonte es un joven albaceteño con Trastorno del Espectro Autista (TEA) y con 'oído absoluto', una habilidad que tienen algunas personas que les permite identificar una nota musical sin la ayuda de una referencia externa, sólo escuchándola, y que, pese a sus problemas de comunícación verbal, le permite tocar, de momento, doce instrumentos.
“El gusto por la música lo ha tenido desde siempre. Con cinco años descubrimos que tenía ‘oído absoluto’ y que afinaba instrumentos sin ninguna referencia. Más adelante supimos que las personas con ‘oído absoluto’, rara cualidad que tienen una de cada 12.000 personas, identifican frecuencias a la perfección. Fue en ese momento, con cuatro o cinco añitos, cuando empezamos a llevarle a academias y comenzó a aprender piano y solfeo", explica a Servimedia el padre del joven Belmonte, que también se llama Antonio.
Compositores como Mozart, Chopin o Beethoven eran también poseedores de esta habilidad y como ellos este albaceteño exhibe una gran capacidad musical y un interés por todo lo relacionado con los instrumentos musicales.
Actualmente toca una docena de instrumentos y, a pesar de tener “serios problemas” de comunicación verbal, con los instrumentos musicales tiene “cierta facilidad”, añade su padre. Lee y escribe partituras y hace pequeñas composiciones “en un pequeño estudio de grabación que tiene en casa”.
Estas cualidades han motivado el cortometraje documental de la directora Arantxa Echevarría ‘El solista de la orquesta’, que protagoniza el propio Antonio, que en la actualidad cursa Segundo de Grado Profesional de música en la especialidad de contrabajo.
De hecho, la banda sonora del cortometraje está compuesta e interpretada por él.
Echevarría explicó a Servimedia que “grabar con él ha sido complicado porque Antonio hace lo que quiere y nosotros íbamos siguiéndole. Si estábamos rodando una entrevista y veíamos que Antonio cogía un móvil y se ponía a hacer fotos, dejábamos la entrevista e íbamos a ver qué hacía. El rodaje estaba supeditado a él”.
“Es la primera vez que trabajo con una persona con discapacidad", añadió, "se me presentó la posibilidad no premeditada y no tenía ni idea de cómo enfrentarme a ella. Cuando me propuso la Fundación Orange el documental, yo iba con todos los clichés que te puedas imaginar: los chicos autistas son poco cariñosos, se va a poner a gritar si le toco y situaciones imaginarias similares. Pero cuando descubrí a Antonio me quedé totalmente anonadada, es un chico supercariñoso, muy creativo, de hecho ha hecho la banda sonora del corto, ha inventado todo el imaginario musical”, señaló la directora.
Uno de los mitos que tiene el autismo es que no son creativos, “que son personas cuadriculadas y rígidas, incapaces de crear y, sin embargo, Antonio compone temas. Y no solo eso, también le gusta el dibujo y la fotografía, actividades con bastante creatividad”, relata su padre.
El progenitor concluye destacando que "lo más importante en el caso de Antonio, no es el propio Antonio, sino el conjunto de profesionales que han creído en él, a pesar de ser un caso complicado. Han demostrado que un niño con TEA, con las dificultades que suponen sus problemas de interacción y lenguaje, así como la hipotonía muscular, puede aprender y ser creativo. Espero que se pueda ganar la vida con algún trabajo remunerado para que no se convierta en una carga para la familia y los servicios sociales”.

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