Comienza la restauración del esqueleto epipaleolítico hallado en la Cueva de Nerja en 1982

La pieza, a la que se conoce coloquialmente como 'Pepita' al pertenecer los huesos a una mujer joven, fue exhibida en la Sala del Belén de la Cueva de Nerja hasta el año 2007 y el museo la incorporó a su exposición permanente en 2011, asumiendo su custodia y garantizando su idónea conservación, para lo cual acondicionó una vitrina y ahora aborda su restauración.

Según ha informado la fundación en un comunicado, los trabajos serán ejecutados por el restaurador Rafael Ruiz de la Linde y consistirán en la eliminación de resinas mal aplicadas, la consolidación de huesos, la reintegración de volúmenes, el montaje del esqueleto y la aplicación de una capa de protección.

La actuación, que cuenta con la autorización de la Delegación Provincial de Cultura de la Junta de Andalucía, será supervisada por el conservador de la Cueva de Nerja, Luis Efrén Fernández, y por el director del museo, Juan Bautista Salado, e incluirá también el análisis de las piezas óseas con el fin de completar los estudios antropológicos y, entre otros aspectos, determinar el ADN.

MÁS DE 8.000 AÑOS

Este enterramiento, correspondiente a una mujer de unos 20 años, fue hallado en el nivel 13 del corte abierto por el doctor Manuel Pellicer en la sala de La Torca de la Cueva de Nerja, y fue datado por radiocarbono en 6.310 años antes de Cristo, lo que corresponde culturalmente al periodo Epipaleolítico y supone una antigüedad de más de 8.000 años.

Tras su descubrimiento en 1982, el esqueleto fue estudiado desde el punto de vista antropológico por el equipo del doctor Manuel García Sánchez, efectuándose el proceso de remontaje de los restos esqueléticos, para lo cual se empleó hilo de bramante, así como adhesivos que hoy en día son considerados "duros" por los técnicos en conservación.

Por ello, y tras varios periodos de almacenaje de las piezas, se ha producido una situación en la que tanto los elementos de sujeción, cordelería y adhesivos, así como la propia materia ósea, se han visto degradados, "apreciándose varios desperfectos puntuales y genéricos".

Entre estos daños destacan el desprendimiento del omóplato izquierdo y la caída del húmero izquierdo; la recristalización del adhesivo, apreciable entre los discos vertebrales, con despegue parcial de algunos en la zona dorsal y lumbar; y el patinado de las áreas de contacto, debido a la expansión del adhesivo y del material de consolidación aplicado, "lo que se traduce en brillos muy apreciables, especialmente en el cráneo".

Los responsables del Museo de la Historia de Nerja han destacado que, a la vista del estado que presenta el esqueleto, "es urgente efectuar toda una serie de actuaciones que corrijan los males que afectan a dichos restos y que pueden llegar a ser del todo irreversibles si no se actúa con celeridad".