Ábalos relata en "El péndulo" un complot en la ONU como metáfora de lo real

  • Nana de Juan.

Nana de Juan.

Barcelona, 26 dic.- El autor malagueño Rafael Ábalos (Archidona, 1956) aborda en "El péndulo" una conspiración contra la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, con unos personajes que se debaten entre la incredulidad y la certeza de los hechos "como metáfora de la realidad".

"Mi novela es un reflejo de la incertidumbre actual, con los símbolos del bien y del mal, de la verdad y de la mentira, del amor y del odio, del calor y del frío, fluctuando como el péndulo que cuelga del atrio de la sede de la ONU", recalca Ábalos en una entrevista con Efe.

Donovan, jefe de prensa de la sede de Naciones Unidas, confiesa a su amiga, la periodista Loanne Harvey, el hallazgo del cuerpo de un hombre de color ahorcado en los lavabos, con un mensaje apocalíptico pinchado en su pecho, el mismo día en que el presidente Barak Obama es derrotado en unas elecciones.

Ambos personajes tratan de descifrar este crimen antes de que se desvele públicamente, pero su investigación les lleva a una carrera de obstáculos plagada de trampas, engaños, conspiraciones, paranoia, locura, odio, deseo y muerte, de la que ninguno de los dos saldrá ileso.

"Vivimos en una época interesante de conflictos en tránsito hacia un mundo nuevo que no está exento de peligros y que está transformando la realidad, en un mundo falto de certezas, que es lo que a todos nos da seguridad", apunta Rafael Ábalos.

El libro aviva también la polémica de qué hay detrás de las grandes catástrofes mundiales, si todas son locuras de un "lobo solitario", como en la matanza de Oslo del pasado mes de julio o la de Oklahoma (EEUU) de 1995, o son parte de una conspiración establecida.

"Creo que hay fuerzas que mueven el mundo que nosotros somos incapaces de imaginar y que vivimos en un periodo de oscurantismo en los que todos hemos entrado en ese juego y hemos creado un monstruo", reflexiona el autor.

Ávalos reta a que la sociedad ponga nombre a esas sombras que manejan los mercados financieros "porque es una realidad que desconocemos y estoy seguro que son identificables" e insta a los periodistas a investigarlos.

"La conspiración está presente de una manera cotidiana, aunque el problema es saber si es real o no y lo que está en juego es el futuro orden mundial y qué papel conformarán los distintos estados", puntualiza el escritor.

Su pasión por el mundo del periodismo, presente en la profesión de los dos personajes principales de "El péndulo" (Plaza &Janés), proviene de la vocación frustrada del autor, que se hizo abogado por presiones familiares, aunque considera que el oficio de periodista tiene un futuro negro.

"Hoy en día no es difícil deducir que el periodismo tiene un futuro incierto, por la propia conformación de las redes sociales, en la que cualquier persona puede escribir sin más criterio que el de su propia estupidez; al final, habrá una selección natural en la profesión", reflexiona el escritor.

El autor dice que escogió a Donovan "por su personalidad dual de destrucción del sistema", frente al personaje de Loanne, "mucho más esperanzador, por su deseo de perpetuarse con la maternidad", para crear un juego pendular entre el bien y el mal, entre Dios y el Diablo, que confunde al lector durante toda la trama.

Con su primera novela para adultos, Rafael Ábalos decide sacar a la palestra su "yo" maduro, con reflexiones filosóficas sobre un ser humano abrumado por toda una suerte de conflictos globalizados, frente a sus siete relatos juveniles anteriores, en los que aún se inspiraba "en el joven o el niño" que fue.

Con su narración juvenil Grimpow, traducida a veinticinco idiomas, obtuvo el Premio de Narrativa El Público de la radio y televisión andaluza (2005), fue Libro Juvenil en Holanda (2007) y premio Libro Notable de la International Reading Association Cildren's Book Award de EEUU (2008).

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