Abellán cree que "los años duros no son malos si no te aburres y no dejas de luchar"

Madrid.- La actuación más importante del último mes de toros en Madrid, la rotunda faena de Miguel Abellán el penúltimo día del "Aniversario", pese a no conseguir el premio de las orejas por culpa de la espada, ha puesto de acuerdo a todos, algo muy especial para él pues reafirma que: "los años duros no son malos si no te aburres y no dejas de luchar".

"Estos últimos años han sido muy complicados, sobre todo cuando la gente habla de los toreros que están en un buen momento, y mi nombre no estaba entre ellos. Y ver ahora que todo el mundo coincide en decir que Miguel Abellán ha cuajado el mejor toro de lo que va de temporada en Madrid, y que ha rayado a un gran nivel te hace creer más en la convicción de que el sacrificio siempre trae recompensas", declaró Abellán hoy a EFE.

La gran faena del torero madrileño tuvo lugar el pasado sábado, 5 de junio, al quinto de toro de la ganadería de "El Cortijillo", la misma tarde que el francés Juan Bautista consiguió la única salida a hombros de un matador de toros en la feria, sin embargo, lo más rotundo de aquella tarde llevó la firma de Miguel Abellán.

"La pena fue no haber acertado con la espada. Pero creo que fue una actuación firme y muy completa de principio a fin, posiblemente mi mejor tarde en Madrid en años, contando evidentemente las dos Puertas Grandes que tengo" -una en 1998 como novillero y la otra en el 2000 ya como matador-, reconoció Abellán.

Más especial si cabe para él es que este reencuentro consigo mismo se haya producido en un marco como Las Ventas, "la plaza que me lanzó en mis comienzos, y con la que tanto me ha costado 'conectar' ahora. Pero por fin lo he logrado. Creo que después del sábado ha vuelto a surgir la comunión entre Abellán y Madrid, y espero que siga por muchos años más", comentó.

Aquel toro, "Cortijito I", un "extraordinario ejemplar de los Hermanos Lozano" -que se lidió con el hierro de 'El Cortijillo'-, fue lo que se dice "el toro soñado para fajarse de verdad y hacer vibrar a cualquier afición", apuntó Abellán.

"No veas cómo lo disfruté, sobre todo al natural; ahí explotó de verdad la faena", enfatizó el torero, quien a continuación destacó además que "sentir el cariño y el calor de Madrid, conseguir el reconocimiento unánime tanto de la crítica como de la afición, es algo que he soñado mucho. Allá por donde voy me lo reconocen, y el teléfono no ha dejado de sonar desde entonces".

La aclamada vuelta al ruedo que dio con toda la plaza puesta en pie da importancia a ese triunfo moral, porque "en esos momentos me acordé de mi gente, la que ha estado ahí cuando han venido mal dadas, y que cada sonrisa que me brindaron y cada aplauso que recibí, también eran para ellos", señaló el diestro.

"Además, cuando pasé por el 'el siete', un tendido tan crítico y exigente, y verlos a todos en pie y rompiéndose las manos conmigo fue increíble. Algo que confirma mis convicciones de que embistiendo un toro puedo llegar a torear como para convencer a toda la plaza de Las Ventas", enfatizó.

Doce años de alternativa, mil batallas en sus espaldas, gran número de triunfos en plazas de renombre, sobre todo en sus comienzos, y más sombras que luces los últimos años. Torero que "ha cobrado" también lo suyo por los toros, y que las últimas temporadas ha estado relegado a plazas y ferias de menor categoría; pero que ahora ha vuelto a demostrar en Madrid que:

"Miguel Abellán no está aquí para pasar el rato. Todo estos años de lucha lo demuestran. Uno tiene todavía muchas cosas que decir, y tarde tras tarde espero recuperar el sitio que tuve, y el que quiero volver a ganarme con actuaciones como la de Madrid".