Al disidente chino Ai Weiwei le gustaría dar clases de arte en Berlín

  • El artista disidente chino Ai Weiwei, que llegó a Alemania a finales de julio tras cuatro años sin poder viajar, manifestó a la AFP su deseo de enseñar arte en Berlín durante un tiempo y expresó su "alivio" de no seguir bajo vigilancia permanente.

Aunque no renuncia por completo a China y no prevé solicitar el asilo en Alemania, ser profesor en la capital germana le permitiría pasar más tiempo con su hijo, Ai Lao, de seis años, que vive en Berlín desde hace uno con su madre, Wang Fen, contó el miércoles a la AFP el artista durante un paseo improvisado por el moderno barrio de Prenzlauerberg.

Artista iconoclasta y multidisciplinar -es pintor, escultor y artista plástico-, Ai Weiwei podría enseñar en la Universidad de Artes de Berlín, que le propuso en 2011 un puesto de profesor invitado.

La oferta sigue en pie y va a "discutir con ellos (...), intentar ver si podemos construir algo, una nueva forma de enseñar, o de enseñar nuevos temas, porque creo que el arte está cambiando", explicó el artista.

El arte "ya no es una cuestión de formas, está más bien vinculado a la filosofía o a concepciones de filosofía política. Creo que es un camino muy interesante, y es un camino que me gustaría compartir con los estudiantes", añadió este feroz crítico del régimen comunista de Pekín, que tuvo prohibido viajar durante cuatro años.

Sea como sea, "voy a intentar establecer algo aquí (...). Me gusta Berlín. Solo he dado un paseo de una hora. Me siento bien aquí. Como (si fuera) mi ciudad".

Ai Weiwei estuvo detenido durante 81 días en 2011, tras lo cual fue puesto en retención domiciliaria vigilada y le confiscaron su pasaporte.

Como muestra de la distensión entre el artista y las autoridades de su país, Ai Weiwei recuperó su pasaporte a finales de julio. Unos días más tarde voló a Alemania, que enseguida le concedió un visado de múltiples entradas de cuatro años. El 30 de julio llegó a Múnich (sur), donde pasó varios días antes de trasladarse a Berlín el miércoles.

Cuando habla de su país lo hace en términos medidos.

Ai Weiwei explicó que no prevé pedir asilo en Alemania: "No es que no tenga razones para hacerlo, pero pienso que si (las autoridades de Pekín) me dejan salir, significa que hay una cierta confianza", consideró.

"Por supuesto, es peligroso. No voy a demostrar que sea una persona que tiene miedo. A veces, tengo mucho miedo, pero pienso que todos necesitamos que nos demuestren que confían en nosotros... Cuando te demuestran tener confianza, tienes una cierta responsabilidad, y sacas ciertas conclusiones. Las dos cosas están siempre vinculadas", añadió.

A pesar de todo, el hecho de no estar ya constantemente vigilado, como lo estaba en China, le da "una sensación de alivio, porque era una gran carga", explicó el artista.

"Todo en mi vida pasada estaba marcado por esta impresión de que alguien observa, que alguien toma decisiones importantes en tu vida. Por eso, evidentemente, ahora que he salido, todo eso ha desaparecido totalmente y me siento realmente aliviado", confesó.

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