Alfred Mendel demuestra en Madrid que la música clásica puede ser cómica

  • El pianista checo Alfred Brendel ha sacado la artillería pesada de la música clásica, enarbolando a Beethoven y Haydn, para demostrar que este género, donde no ha incluido la ópera, no tiene por qué ser "completamente serio".

Madrid, 6 nov.- El pianista checo Alfred Brendel ha sacado la artillería pesada de la música clásica, enarbolando a Beethoven y Haydn, para demostrar que este género, donde no ha incluido la ópera, no tiene por qué ser "completamente serio".

"La música clásica puede ser cómica sin la asistencia de las palabras", ha dicho Brendel durante su conferencia "¿La música clásica tiene que ser completamente seria?", ofrecida en el Auditorio Nacional de Música dentro del programa educativo que lleva a cabo esta institución.

Brendel (República Checa, 1931), aunque retirado de los escenarios desde hace años, ha demostrado que sus dedos siguen ágiles y certeros al interpretar algunos pasajes de las obras que ha elegido por tener grandes dosis de "comicidad".

"Para mí, la música más absolutamente cómica fue escrita por los clásicos vieneses y por algunos autores del siglo XX", ha contado, al tiempo que ha destacado cómo ya en el siglo XIX el ensayista Ignaz Ernst Ferdinand Arnold adjudicó carácter cómico a algunas composiciones de Haydn.

"¿Dónde hay que buscar lo cómico fuera de la ópera?", se ha preguntado el músico.

Según Brendel las composiciones pueden tener estas connotaciones claras de humor utilizando recursos musicales que, en la mayoría de las ocasiones, de contraponen: "alternancias de tempos", las contraposiciones de "silencios y calderones prolongados" o la evolución de las "variaciones en una pieza".

Así, Brendel ha ido presentado, acompañado por un piano en el que ha interpretado algunos pasajes, las obras que para él son "divertidas", "hilarantes" o "ridículas".

Para el músico, la Sonata en Sol Mayor opus 31/1 de Beethoven contienen "una sucesión de diferentes tempos con adagios demasiados lentos seguidos por presto que intentan mantenernos despiertos en los últimos 30 segundos con una prisa cómica".

"El pianista que no haya conseguido hacer reír con esta sonata se debería dedicar al órgano", ha espetado levantando las risas de los entregados asistentes a su conferencia.

Pero el checo ha subrayado la que para él tiene una mayor "carga de risa": las Variaciones Diabelli.

"A pesar de su vasto alcance de emociones estas variaciones de Beethoven revelan un trabajo de humor en el más amplio sentido posible por la variedad de géneros", ha puntualizado

Y así lo ha demostrado este músico que, mientras sonaba un pasaje de estas obras, gesticulaba alegremente al ritmo de las notas musicales.

El checo, haciendo gala del humor que ha demostrado durante toda su ponencia, ha confesado que para él ni Chopin ni Litz tienen "una pizca de humor", así como ha destacado que tocar una pieza con humor requiere que el intérprete tenga un "don especial".

El público, por u parte, y como si de un concierto se tratara, a hecho salir al músico al escenario en cuatro ocasiones al término de la ponencia.

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