Barcelona, 20 nov.- El joven pianista Alfredo Rodríguez (Havana,1985) cree que se está creando una cultura cubana fuera de ese país que "trata de crear algo nuevo que decir", ha asegurado en la presentación de su primer concierto en el Palau de la Música de Barcelona.
Rodríguez ha hablado de la generación de músicos cubanos a la que pertenece que, fuera de su país, desarrollan una nueva cultura con "diferentes vivencias e influencias".
"Yo prefiero expresar mis opiniones a través de la música, si se entiende bien y si no, pues nada", ha asegurado de forma contundente el músico de jazz que nunca se ha manifestado políticamente, por lo que cree que, a diferencia de músicos como Arturo Sandoval, él sí podría tocar en su tierra natal.
El prolífico pianista recibió en Cuba una formación en música clásica y desde hace 5 años vive en Los Ángeles, donde trabaja con el galardonado productor Quincy Jones, algo que no ha trascendido a la prensa de su país.
El próximo sábado 23 de noviembre Rodríguez debutará en el Palau de la Música con un concierto, en colaboración con el 45-Voll-Damm Festival Internacional de Jazz de Barcelona, que abrirá con "La jungla", una obra para piano y orquesta compuesta e interpretada por el músico cubano acompañado de la Orquesta Sinfónica del Vallès.
Según Rodríguez, "La jungla" es una metáfora de la "vida en la que vivimos y en lo que nos hemos convertido nosotros", una pieza inspirada en una obra del artista cubano Wilfredo y que bebe de la pasión del músico por la naturaleza, la danza y la pintura.
El concierto continuará con "Rhapsody in Blue", del estadounidense George Gershwin, con Rodríguez como solista.
"Tocar 'Rhapsody in Blue', mezcla de la cultura europea y del jazz americano, es un gran reto para mí", ha destacado el joven músico que, con esta pieza, se estrenará con la música sinfónica.
La mezcla y combinación es uno de las características de este joven músico que ve como "fundamental" conocer gente de diferentes países con diferentes opiniones, algo que no le era posible experimentar en Cuba, un país que, según Rodríguez, vive con la contradicción de "tener una cultura única y muy fuerte" pero en donde no se ha experimentado "la transculturalidad".
Igual que 25 de los 30 músicos cubanos que estudiaron con él, Rodríguez ya lleva mucho tiempo fuera de su país natal pero no cree que se pueda hablar de una generación exiliada, sino de jóvenes que conservan sus raíces pero "tratan de decir quienes son de una forma distinta".
Según el músico, estos nuevos artistas cubanos tenían ganas de explorar "nuevas culturas" y "nuevos problemas" ya que en su país "hace mucho tiempo que estamos rodeados de las mismas cuestiones".
"Desde fuera de Cuba las cosas se ven de forma distinta", ha asegurado Rodríguez, que dice tocar muchas de las canciones típicas desde un ángulo distinto.
"La 'Guantanamera' que yo toco no tiene nada que ver con la de José Fernández Díaz, trato de ponerle algo personal porque la Cuba que yo he conocido es distinta", ha comentado el músico.
Alfredo Rodríguez, hijo de un popular cantante y presentador cubano del mismo nombre, pasó su infancia en contacto directo con centenares de músicos cubanos con los cuales interaccionaba y colaboraba aprovechando la esfera profesional de su padre.
El contacto con la diversidad de "la calle" y su formación en música clásica han hecho de él un maestro de la improvisación y, según ha afirmado públicamente su mentor Quincy Jones, "uno de los mejores músicos de jazz del mundo".
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