La tercera entrega de la octava edición de ‘Masterchef’ comenzaba con una emocionante prueba. Como homenaje a la sostenibilidad en los alimentos y al producto orgánico, los aspirantes se encargaban de crear un plato vegetariano “de primer nivel”. Además de los consejos de Pepe Rodríguez, Samantha Vallejo-Nágera y Jordi Cruz, jueces del ‘talent’ culinario, los concursantes recibían la visita de Elena Furiase, participante de la última edición del programa. La actriz aseguraba que participar en ‘Masterchef’ “valió la pena” porque “no salgo de la cocina”.
Tras una hora de cocinado, los jueves valoraban los platos de los aspirantes. Sara Lua hacía una "combinada saludable" con su elaboración. "Sigues la estela de la incoherencia, pero lo que me preocupa que la crema está mala", le comentaba Jordi. Otro de los concursantes que recibía las mayores críticas era José María, que presentaba un “gazpacho de remolacha”. "Es una marranada y se acabó", aseguraba Jordi Cruz al aprendiz. Por el otro lado, la mejor valorada y, por tanto, ganadora de la prueba era Luna, que presentaba un taco vegetal. "Esto es justo lo que nos gusta", afirmaba Samantha, que incluso pedía a la concursante que le lleve la sartén para comer más.
La prueba exterior tenía lugar en Murcia, Capital Española de la Gastronomía 2020. Los aprendices se desplazaban hasta la ciudad para afrontar el reto por equipos. Luna, ganadora de la prueba anterior, recibía el encargo de los jueces de formar los tres equipos. Las decisiones de Luna gustaban a todos menos a Andy, que aseguraba que se han hecho "grupitos" para aislarle tras quitarle minutos a Iván. “Existe un complot por parte de mis compañeros para echarme, quieren echarme”, comentaba Andy ante la mirada de sus compañeros.
“Cómo está el ambiente”, comentaba Samantha ante la tensión del momento. El buen rollo entre los concursantes está bajo mínimos. Aún así, se ponían manos a la obra para sacar los platos adelante con la Catedral de Murcia como escenario. El chef Pablo González, del restaurante Cabaña Buenavista, era el invitado especial de la prueba. Las prisas del momento invadían de nervios a los concursantes, que aún así, conseguían sacar adelante los platos para deleite de los comensales.
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