El Bellas Artes prorroga hasta el 28 de mayo la muestra de esmaltes sobre bronce de Carmen Suárez Guerra

El Museo de Bellas Artes de Sevilla ha prorrogado hasta el 28 de mayo la exhibición de dos obras de la artista sevillana Carmen Suárez Guerra, prácticamente desconocida hoy día, pese a que en el tránsito entre los siglos XIX y XX mereció notoriedad en el ámbito de las artes plásticas. Las obras --bandeja y copa, respectivamente-- son sendos esmaltes sobre bronce que fueron donados a la pinacoteca en 1972 por sus herederos. Ambos esmaltes se muestran en la sala XIII del museo como homenaje al Día de la Mujer (8 de marzo).

Según se destaca en una nota de prensa, 'Bandeja' es un esmalte sobre bronce dorado cincelado de notables rasgos pictóricos y con influencias modernistas. Los esmaltes se distribuyen en el centro y en pequeñas escenas en el borde. El motivo central está realizado con vivos colores y representa un loro entre frutas, naranjas y manzanas. Las escenas que lo rodean, también inspiradas en la naturaleza, representan insectos, arañas, mariposas y crisálidas. 'Bandeja' obtuvo la Medalla de Oro en la Exposición Internacional de Artes Decorativas Modernas de París en 1925.

Por su parte 'Copa' es de inspiración manierista; se compone de un basamento circular, una manzana ovoide y una amplia copa con dos dragones como asas, que beben de ella. Su morfología recuerda a la obra del orfebre francés Pierre Delabarre (segundo cuarto del siglo XVII), llamado Maestro de los Dragones, cuya producción compone el Tesoro de Luis XIV, así como el de su hijo, el Delfín de Francia, que se conserva en el Museo del Prado. Toda la obra está cubierta de esmaltes --en plano y en bulto redondo-- de vivos colores con motivos renacentistas. Esta obra fue premiada en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1922.

CARMEN SUÁREZ

Carmen Suárez Guerra nació en La Puebla de Cazalla (1879) y pronto se trasladó a Sevilla para dedicarse al ejercicio de su vocación artística. Se forma con el pintor Narbona y destaca como pintora de abanicos, tapices, forja y cerámica. Fue la técnica del esmalte, escasamente cultivada en España y en la que fue autodidacta, a la que se dedicó de modo más intenso. Su producción, cuyo proceso técnico era realizado por ella al completo, incluye camafeos, joyas, copas, bandejas y retratos. El dominio de esta técnica, a la que sumó sus dotes de pintora, le llevó a obtener reconocimientos nacionales e internacionales. Tuvo amistad con el escultor Mariano Benlliure.

La actividad pictórica de Carmen Suárez empieza a conocerse en 1920 con la publicación de sus obras en la popular revista La Ilustración Española y Americana. En 1921 mostró sus obras en un espacio cedido en la Exposición del Abanico en España. Un año después obtuvo su primer premio, y en 1925 la medalla de oro en la exposición de artes decorativas de París. Con más de 50 años fue profesora de esmalte en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid. Falleció en la capital española en 1949.