Cada año 65.000 personas quieren batir un récord guinness

Cada año la oficina del Guiness World Recod (GWR) recibe 65.000 peticiones para batir nuevos récords o los que ya existen. Para demostrar al mundo entero que eres el que más corres, el que más deprisa comes o la que das el grito más estridente lo primero que hay que hacer es comunicarlo en la web de la GWR.  El equipo de gestión de récords revisará la solicitud.

Si el récord que se quiere batir pertenece a una categoría que ya existe, la organización responde mediante email con las normas que siguió el último solicitante. Si se trata de una prueba nueva quees de su agrado crearán nuevas normas.

El siguiente paso es aprenderse las normas para no salirse de guión. Sólo así se puede conseguir el Guinness. Y después de mucho practicar y practicar se deberá grabar la hazaña con al menos dos testigos independientes.

A continuación hay que enviar las pruebas (el vídeo y las declaraciones firmadas de los testigos) a la organización, donde evalurán el vídeo y las declaraciones y consultarán con cualquier órgano gubernamental o experto que sea necesario.

Si ha batido el récord la GWR envía a casa un certificado oficial. A partir de ahí se forma parte de un equipo de plusmarquistas de primera.

Por último, sólo los que tengan mucha suerte, verán en el libro de los records guinness anual su hazaña publicada.

El día GWR
Si no sabes a quien llamar para que testifique tu hazaña deberás saber que existe el día GWR. En la última edición del libro aparecen algunas de las citas en varios países. Así se consiguió el primer récord de personajes de cuentos. Fue en Irlanda del norte cuando 300 personas se reunieron vestidas de personajes de cuentos.

En Italia el nuevo récord fue para el que tardara menos tiempo en comer pasta. El ganador fue Ernesto Cesario. Se comió un tazón de 150 gramos en 1 minuto y 30 segundos. En Noruega mejoraron la marca de la galleta de jengibre más grande. Ikea Furuset de Oslo horneó y decoró una galleta de 651 kilos.

Árbitros en todo el mundo
14 adjudicadores de la GWR se trasladan hasta donde esté a punto de realizarse un intento de batir récord para comprobar in situ si eso es así. Pero además, también son los encargados de escribir las normas oficiales. Eso sí, llamar a uno de ellos tiene un coste. Lo que sí es gratuito es la solicitud de récord.

Pero además de los adjudicadores, que hablan dieciseis idiomas, están los asesores, quienes desempeñan un papel muy importante a la hora de ayudar al equipo editorial a determinar un nuevo récord. Son un equipo de once expertos cuos conocmientos les permiten documental los récords en nombre de la oficina.

Ellos cubren gran número de cuestiones, desde los últimos avances científicos hasta los logros deportivos más importantes, pasando por los últimos rumores y noticias del mundo del espectáculo.

Entre ellos también hay médicos. Un gerontólogo, que documenta la mayor edad y la longevidad; un trícologo o médico del cabello y un endocrinólogo, que asesora sobre gigantes y enanos. Además hay ingenieros, escaladores, marinos, músicos y un historiador de la televisión del Instituto Cinematográfico Británico.

Ellos son los que se encargan de verificar que el récord es real, pero es el público el que no para de llamar a la puerta de la oficina donde se genera el libro con copyright más vendido de la historia para demostrar una y otra vez que son los que más huevos sostienen con una mano, más agujas se clavan en la cara e infinidad de hazañas más que ya recoge la nueva edición 2011 del Libro Guinness de los Records.