Carlos Digues: "Es preciso que la gente descubra el cine brasileño"

  • El cineasta Carlos Digues apadrina el Festival de Cine Brasileño de París, ciudad que le acogió a finales de los 60 cuando huyó de la dictadura, y a la que vuelve con un mensaje de esperanza con el cine de su país, que quiere dar a conocer al mundo convencido de que sorprenderá por su calidad.

Luis Miguel Pascual

París, 20 abr.- El cineasta Carlos Digues apadrina el Festival de Cine Brasileño de París, ciudad que le acogió a finales de los 60 cuando huyó de la dictadura, y a la que vuelve con un mensaje de esperanza con el cine de su país, que quiere dar a conocer al mundo convencido de que sorprenderá por su calidad.

"Es preciso que la gente de todo el mundo descubra el cine brasileño. No todo es bueno, pero hay películas de muy buena calidad que no llegan a muchos países por un problema de distribución, por esa competencia permanente con el cine de Estados Unidos", afirma a Efe el director que está a punto de cumplir 73 años.

Padre del llamado "cinéma novo", que revolucionó el séptimo arte en su país con un barniz social y pegado a la realidad, Digues muestra confianza en sus sucesores, de los que dice que han seguido "haciendo un cine humanista, que es el valor más importante de todos".

"No se puede hacer el mismo cine que hace 50 años, pero la joven generación ha mantenido el gusto por hablar de la realidad, esa visión de las cosas que suceden en su entorno, esa visión social", afirma.

Alejado de la primera línea de la dirección, Digues se deleita con la producción actual de su país, reflejo, afirma, de un país en constante mutación, donde los cambios son frenéticos en la sociedad y en el cine.

"Nosotros éramos muy pocos y todos hacíamos un cine con el mismo sabor. Ahora hay más diversidad. No solo se hace cine en Sao Paolo o Río de Janeiro, también hay escuelas regionales. Hay mucha variedad generacional y temática", asegura.

Advierte de que "no todo lo que se hace es bueno", pero invita a descubrir "algunas películas de mucha calidad, sorprendentes, que hablan de la realidad brasileña, que lo mismo se pasan en la selva amazónica que en las calles de Sao Paulo".

En particular invita a descubrir "O Som ao Redor", ópera prima de Kleber Mendonça, un joven cineasta que "habla de lo que sucede en esa clase media brasileña que asciende".

Digues asegura que hay en Brasil un centenar de creadores que aportan producciones muy diferentes, "desde comedias que hacen que el público descubra el cine hasta obras más profundas y comprometidas".

Un reflejo de los cambios vertiginosos que ha vivido su país en 20 años, un Brasil que, según el cineasta, "va en la buena dirección", aunque "no debe perder la perspectiva, porque a puede que no llegue donde quiere ir".

"Los brasileños tenemos la sensación de que el país cambia mucho, pero en general la gente quiere más cambio", afirma el director que dice que "no hay que ser pesimistas, pero hay que mantenerse vigilantes".

Entre tanto, Digues vuelve a París, donde el Festival le homenajea proyectando algunas de sus películas, como "O Maior Amor do Mundo", "Xica da Silva" o "Deus é Brasileiro".

Recuerda el cineasta su llegada a la capital francesa "con una veintena de años y un gusto cinematográfico por forjar".

"Entré en contacto con el cine francés y el italiano. Del neorrealismo italiano aprendí a hacer cine real. De la 'nouvelle vague' me enseñó una forma de hacer cine que adaptamos a Brasil", rememora.

Entusiasmado por François Truffaut, Digues entró de lleno en la generación del cine francés que estaba de moda en aquellos años y descubrió también a sus precursores, como Jean Renoir, del que asegura que sigue siendo uno de sus referentes.

"No copiamos sus temas ni sus contenidos, lo que nos impresionó fue la forma en que hacían películas, como se habían liberado del cine de estudio, de las cámaras pesadas. Creo que el cine francés sacó el cine a la calle y eso fue muy importante para nosotros, que veníamos de Brasil, un país que entonces estaba muy subdesarrollado", comenta.

Mostrar comentarios