Chailly debuta en España con una versión de La Bohème de aires impresionistas

  • El director italiano Riccardo Chailly ha dirigido en el Palau de les Arts de Valencia una versión vitalista y de aires impresionistas de "La Bohème", de Giacomo Puccini, en el que ha sido un exitoso debut en España como responsable musical de una ópera.

Valencia, 2 dic.- El director italiano Riccardo Chailly ha dirigido en el Palau de les Arts de Valencia una versión vitalista y de aires impresionistas de "La Bohème", de Giacomo Puccini, en el que ha sido un exitoso debut en España como responsable musical de una ópera.

Después de suspender dos actuaciones en Valencia en 2009 y 2011 por problemas de salud, Chailly ha dejado constancia de su maestría, mostrando toda la riqueza de matices de una partitura que refleja tanto los aires mundanos de un grupo de jóvenes bohemios en el París de finales del siglo XIX como la crudeza de un futuro sin esperanza para esos mismos protagonistas.

En la primera vez que se pone al frente de una formación sinfónica española para dirigir una ópera, el maestro milanés ha optado por el dinamismo para resaltar, por encima de todo, las cualidades de una música excepcional, llevando a la Orquesta de la Comunitat Valenciana a alcanzar cotas de gran brillantez.

Chailly impresionó con su lectura purista de La Bohème, rica en matices y emociones, en la que destacó la colorista sonoridad festiva del segundo acto y el dramatismo logrado en la escena final de la muerte de Mimí.

Davide Livermore es el responsable de la dirección de escena, escenografía e iluminación de esta versión de La Bohème, la única producción propia que presentará esta temporada el Palau de les Arts de Valencia, realizada en colaboración con la ópera de Filadelfia.

Con una escenografía mínima, toda la fuerza del montaje recae en las videocreaciones de Paolo Gep Cuccoen que, a través de imágenes inspiradas en cuadros de la Fundación Barnes de Filadelfia, recrean los ambientes en los que se desenvuelven los protagonistas.

De esta forma, la cristalera de la buhardilla parisina se convertió en una pantalla en la que se ofrecían imágenes relacionadas con la acción inspiradas en cuadros de los más celebres maestros impresionistas franceses, como van Gogh.

Como creatividad videográfica hay que reseñar la salida a escena de Marcello pintando una marina con imágenes en tres dimensiones (una pantalla plana) o el desolado y agreste paisaje del puesto de consumos a la entrada de París.

La paraje protagonista logró cotas de gran brillantez tanto en las arias como en los dúos. La soprano israelita Gal James, que fue la que mayores ovaciones recibió del público, encarnó a una Mimí frágil y enfermiza a la que dotó de una voz arrebatadora que quedó de manifiesto en el aria "D'onde lieta uscii" del tercer acto.

El tenor venezolano Aquiles Machado, que interpretó el papel de Rodolfo, destacó por la brillantez en las zonas medias y agudas, destacando su intervención en el aria "Che gelida matina".

Destacada fue también la actuación del barítono Massimo Cavalletti (Marcelo) y la de los comprimarios Carmen Romeu (la soprano valenciana que encarnó a la frívola pero también desprendida Mussetta), y el Mattia Oliveri, que volvió a dejar patentes sus excelentes dotes vocales y teatrales como Schaunard, que ya fueron reconocidas en su reciente intervención en el dúo de La Africana.

Antes del inicio de la función y en los accesos del edificio, los trabajadores del Palau de les Arts volvieron a expresar su protesta en contra de los recortes presupuestarios y el anunciado ERE que podría afectar al 40% de los trabajadores del complejo cultural.

Mostrar comentarios