Charlotte Gainsbourg y Beck, la última pareja musical transatlántica

  • Para su nuevo disco, 'IRM', la actriz y cantante francesa ha contado con la producción y composición del músico californiano, que le dobla la voz en el single 'Heaven can wait'. Otros cruzaron antes el charco en busca de una asociación América-Europa.
Charlotte Gainsbourg y Beck, en medio de una grabación para 'IRM'
Charlotte Gainsbourg y Beck, en medio de una grabación para 'IRM'
lainformacion.com
Pablo Arqued

Imagen de Resonancia Magnética, 'IRM', sería un título demasiado industrial para cualquier disco pop con toques retro, a no ser que este fuera de Charlotte Gainsbourg. Y es que la actriz y cantante francesa superaba una hemorragia cerebral tras una caída esquiando que en 2007 le hizo pasar una temporada en un hospital. Ahora en su nuevo disco, donde ha contado con la producción y composición de Beck, habla de su experiencia, entre otras cosas.

Definido por la autora como "el menos francés" de sus trabajos, se nota con claridad la firma de Beck en 'IRM' y en el single de adelanto, 'Heaven can wait', una canción de pop redondo (ver vídeo más abajo) y cuyo título es todo un pequeño gran resumen de su estancia hospitalaria a raíz de su accidente y de su victoria. "Hay un momento en el que se puede escuchar una secuencia completa de la resonancia", comentaba la hija de los cantantes Jane Birkin y Serge Gainsbourg a la revista 'Evene'.

En el disco, que se publicará el próximo martes, han colaborado, además su esposo Yvan Attal y sus hijos Ben y Alice en las canciones 'Trick pony' y 'Greenwich mean time'. Así, la tradición en la familia Gainsbourg continúa, pues ella participó de pequeña en el disco de su padre 'Love on the Beat' (1983) con la polémica canción sobre el incesto 'Lemon incest'.

'IRM' es el tercer disco de Charlotte, pero han pasado 24 años desde el primero, 'Charlotte for ever', el álbum completo que realizó siendo adolescente también con su padre. La experiencia de ser hija y estar a la sombra de un grande de la canción francesa le apartó de la música durante dos décadas, hasta que buscó otros apoyos como el de Jarvis Cocker, Air o Nigel Godrich, bajista de Radiohead.

"Beck me empujaba a componer, pero el genio de mi padre era demasiado pesado para mí", declaró recientemente en una entrevista en el periódico británico The Guardian.

Vídeo de 'Heaven can wait':

Esas parejas que cruzaron el charco para encontrarse

La mezcla musical entre europeos y americanos siempre ha dado sus frutos, algunos, más comerciales que otros. Quizás la más exitosa de los últimos tiempos sea la que formaron el inglés Robert Plant (ex cantante de Led Zeppelin) y Alison Krauss (cantante y violinista country) para parir 'Raising sand' en 2007 y con el que se llevaron cinco premios Grammy en 2008 y que a todo el mundo sorprendió por extraña. Lo que a priori pudiera considerarse una rareza, fue un rotundo éxito de ventas.

Hay muchas más asociaciones, aunque para canciones puntuales. En los últimos meses los españoles David Bisbal y Alejandro Sanz se arrejuntaron con Rihanna y Alicia Keys respectivamente. También Miguel Bosé, por ejemplo, llamó a Paulina Rubio para su versión de 'Nena' en 'Papito' (¿A quién no llamó?). En la onda 'latina' está también la colaboración más reciente de Marc Anthony y Natalia Jiménez (La Quinta Estación) o la de Ana Torroja y Aleks Syntec ('Duele el amor') de hace ya casi una década.

Otras que también funcionaron en las listas fueron Youssou N'Dour y Neneh Cherry ('Seven seconds away') en los noventa, Joe Cocker y Jennifer Warnes (Óscar a la mejor canción por la suya para 'Oficial y Caballero', en 1982) o hace tan sólo un par de años Bono (U2) y Mary J. Blige, con la clásica del grupo irlandés 'One'.

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