Constantin Sandu: "hay una gran crisis, pero la música no puede acabar"

Huelva, 22 ago.- El pianista rumano Constantin Sandu cree que la crisis económica mundial está afectando también a la música, en especial porque "hay menos dinero para los conciertos", a pesar de lo cual asegura que la música "no puede acabar".

Sandu, que ha participado en el Festival 'Noches del Patio' de Ayamonte (Huelva), ha explicado a Efe algunos de los secretos de su éxito: "desde muy pequeño empecé a estudiar, y siempre he tenido una vida ligada a la música y al piano, y hace falta una gran pasión para hacer este tipo de vida".

Una pasión que, según recuerda, se la debe en parte a sus padres, "porque mi madre es profesora de música y pianista, y mi padre ingeniero y le gustaba mucho la música".

Casado desde hace años con una portuguesa, ese vínculo le ha hecho trasladar su residencia habitual a Oporto y a impartir clases en la Escuela Superior de Música de esta ciudad portuguesa.

"No hay dinero para conciertos, pero la música no puede acabar, y siempre tendrá una solución para seguir", subraya Constantin Sandu al referirse de nuevo a la crisis económica y su influencia en la difusión de la cultura.

Sandu, nacido el 1 de enero de 1964 en Bucarest (Rumanía), comenzó a estudiar el piano a la edad de 7 años, y en 1982 ingresó en Academia Nacional de la Música de Bucarest, donde completó sus estudios bajo la dirección de Constantin Ionescu-Vovu.

Tras ser el primero de su promoción, se doctoró con la tesis "La música de piano portuguesa", y siempre ha estado vinculado a la música, con recitales, música de cámara y conciertos con orquesta en varios países europeos y asiáticos.

Además, es solista invitado de las orquestas rumanas más importantes, tales como: "George Enescu", "Transilvania", "Oltenia", "Filarmónica de Craiova", y la "Orquesta Sinfónica de la Radiodifusión Rumana", así como formaciones de fuera de su país, como la "Arthur Rubinstein", la Orquesta Nacional de Belarús, la Orquesta Sinfónica de la Radio-televisión de Kiev, la Filarmónica Nacional de Moldavia o la Nacional de Oporto. EFE

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