Daniel Glattauer cierra su idilio por correo electrónico en "Cada siete olas"

  • Madrid.- Tras convertirse en uno de los fenómenos editoriales de los últimos meses gracias a la novela "Contra el viento del norte", el austríaco Daniel Glattauer vuelve a llenar las páginas de "Cada siete olas" de cientos de correos electrónicos que descubren el final de la historia de amor de sus remitentes.

Daniel Glattauer cierra su idilio por correo electrónico en "Cada siete olas"
Daniel Glattauer cierra su idilio por correo electrónico en "Cada siete olas"

Madrid.- Tras convertirse en uno de los fenómenos editoriales de los últimos meses gracias a la novela "Contra el viento del norte", el austríaco Daniel Glattauer vuelve a llenar las páginas de "Cada siete olas" de cientos de correos electrónicos que descubren el final de la historia de amor de sus remitentes.

"Cada siete olas" (Alfaguara) es la esperada continuación de "Contra el viento del norte", publicada antes de verano y que ha sido traducida a más de 32 idiomas; sólo en Alemania y Austria ha vendido más de un millón y medio de ejemplares, y ya ha trasladado su éxito a la radio y al teatro.

Un éxito que le llegó de "carambola", confiesa el autor en una entrevista con Efe; "creo que escribí la novela adecuada en el momento más oportuno", Glattauer, que confiesa que "ni siquiera había planificado escribir una segunda parte".

"Para mí la historia había acabado en la primera novela pero empezaron a llegar por internet cientos de peticiones de lectores, sobre todo mujeres, para que escribiera el final de la historia", desvela el autor austríaco, quien no cree ser el continuador del género de la novela epistolar en nuestro tiempo.

Y es que en las más de 500 páginas que suman "Cada siete olas" y "Contra el viento del norte", Glattauer configura a través de cientos de correos electrónicos una historia de amor de más de dos años que engancha al lector, pues en cada mensaje va descubriendo el desarrollo de la pasión virtual dependiente entre sus dos personajes, Emmi Rothner y Leo Leike.

La trama del primer libro comienza con un error. Emmi envía un correo electrónico a la dirección equivocada para darse de baja de una revista; un desconocido, Leo, le responde por casualidad, y entre ellos surge un "ni contigo ni sin ti" adictivo y que tiene su final en "Cada siete olas", donde el gran interrogante es desvelar si los enamorados se encuentran cara a cara.

Para Glattauer, se trata de literatura "fácil de leer pero no superficial", porque si bien todo el mundo asocia los correos electrónicos a un modo de comunicar muy rápido, considera que estos mensajes "pueden ser tan cuidados y complejos como una carta o un poema".

"Los correos de mis libros añaden ese componente emocional y creo que por eso han tenido éxito. Los lectores se sienten reconocidos en esta forma de comunicación", añade Glattauer.

Sin embargo, a él no le convence esta relación de teclado. "Gracias a la inmediatez de internet se han abierto nuevas posibilidades de comunicarnos, pero existe el peligro de evitar el contacto personal; lo mejor es el cara a cara", asegura.

"Todo el libro es una fantasía, lo que despierta la imaginación de los protagonistas y los lectores", señala el autor, que dibujó a sus personajes a la vez que Leo y Emmi llenaban sus bandejas de entrada de correos electrónicos.

Ella, diseñadora de páginas web, está casada con un concertista de piano mayor que ella y que tiene dos hijos de su primera mujer. "Es la mezcla de unas quince mujeres que yo conozco muy bien, una mujer descarada y emancipada como muchas chicas", apunta Glattauer.

A Leo, psicólogo del lenguaje, "lo quise hacer más sensible, el tipo macho me aburría".

Aunque no cree que Leo sea un hombre perfecto, es consciente de que muchas mujeres buscan en internet a chicos como él. "Creo que he construido un personaje mucho más interesante que yo mismo", bromea.

Por eso, anuncia que tratará de cumplir las espectativas de sus lectoras en una novela en la que ya trabaja. No contiene correos, pero sí trata de nuevo una relación amorosa, esta vez, no correspondida.

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