San Sebastián, 15 ago.- Dos orejas cortó el diestro Daniel Luque, hoy en San Sebastián, en el día más importante de la Semana Grande, festividad de la Virgen.
FICHA DEL FESTEJO.- Dos toros de Luis Terrón para rejones, manseando el primero y noble y con duración el otro que fue aplaudido en el arrastre; en lidia ordinaria, cuatro de Juan Pedro Domecq, de desigual romana, alguno con exceso de kilos, nobles pero de sosas embestidas; fue pitado el segundo.
El rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza: rejón trasero (ovación); y dos pinchazos, rejón y descabello a pie (silencio).
Miguel Ángel Perera: pinchazo y media estocada (silencio); pinchazo y media (silencio).
Daniel Luque: estocada ligeramente atravesada (oreja); y gran estocada (oreja).
En cuadrillas, saludaron Juan Sierra en el quinto y Antonio Manuel Punta en el sexto.
La plaza tuvo media entrada en tarde agradable.
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LA MEJOR ENTRADA, CON SUSTITUCIONES
Dos sustituciones en el cartel al entrar Perera por Ponce y Luque por Manzanares, y la mejor entrada hasta el momento. Lo que quiere decir que el verdadero tirón lo tiene la fecha.
Hermoso de Mendoza estuvo con el primero fallón en los rejones de castigo, sin clavar bien hasta el tercero. En banderillas, con "Chenel" puso espectacularidad en los galopes a dos pistas, y lo más puro lo hizo con "Dalí", un caballo que dio los pechos al toro en las reuniones. No obstante faltó rotundidad a la faena por la poca colaboración del astado.
En el cuarto colocó dos rejones de castigo y ya en banderillas con "Manolete" templó y estuvo llamativo en las cabriolas a la salida de clavar, aunque lo verdaderamente puro lo hizo montando a "Viriato". Antes de matar colocó con "Pirata" un par a dos manos de cortas que entusiasmaron mucho. Y al no acertar en la suerte suprema no hubo trofeo.
Perera lanceó bien en el recibo a su primero. El principio de faena fue bueno, hasta que el toro se apagó. No obstante puso empeño en sacar pases de uno en uno que tampoco fueron a ninguna parte por la falta de estrecheces en los mismos. En su segundo volvió a estar airoso con el capote a la verónica, así como en un quite por limpias gaoneras. El trasteo fue a base de pases espaciados, con demasiados tiempos muertos al imponerse la sosería del toro, noble pero sin fondo ni emoción.
Luque mostró muy buena disposición, apretándose por chicuelinas en su primero. Con la muleta basó la faena sobre el pitón derecho, ligando los pases en redondo, aunque al conjunto le faltó limpieza. El mérito fue poner "la chispa" que el faltaba al toro.
En el último se lució con unos ayudados por alto con un toro de más movilidad, condición que aprovecho Luque para darle distancia en el toreo a derechas. El final, a base de naturales de uno en uno, trincherillas y otros adornos. La estocada, por ejecución y colocación, fue determinante para concederle la oreja.
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