Dos orejas para Paco Ureña de un toro de vuelta al ruedo de Margé en Arles

  • El diestro Paco Ureña firmó hoy lo mejor de toda la feria de Arles (Francia) gracias a una faena de dos orejas a un toro de vuelta al ruedo de Margé, en un cierre de ciclo en el que Miguel Abellán cuajó una digna actuación con un lote complicado, mientras que Manuel Escribano apenas tuvo opciones.

André Viard

Arles (Francia), 21 abr.- El diestro Paco Ureña firmó hoy lo mejor de toda la feria de Arles (Francia) gracias a una faena de dos orejas a un toro de vuelta al ruedo de Margé, en un cierre de ciclo en el que Miguel Abellán cuajó una digna actuación con un lote complicado, mientras que Manuel Escribano apenas tuvo opciones.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Robert Margé, correctamente presentados y de variado comportamiento. Bravo y con clase el sexto, de nombre "Vaccarés", premiado con la vuelta al ruedo; bueno pero sin fuerza el primero, noble y con calidad el tercero, noble pero blando y sin raza el quinto; y segundo y cuarto, complicados.

Miguel Abellán, ovación tras aviso y silencio.

Manuel Escribano, palmas y ovación.

Paco Ureña, ovación y dos orejas.

La plaza tuvo media plaza en tarde soleada en el festejo que puso fin a la feria de Pascua de Arles.

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LO MEJOR PARA EL FINAL

Lo mejor de la tarde y de la feria llegó con el último toro de la corrida de Robert Margé, un cinqueño bien presentado, bravo en tres varas tomadas desde lejos, y con mucha clase después, sobre todo por el pitón izquierdo.

Ureña no tardó en entender las posibilidades de su adversario y lo cuajó en tres tandas soberbias con la mano zurda. Naturales largos, hondos y de mano baja, los mejores de la feria, con diferencia.

Si Ureña aprende a matar -le sale fatal y muy feo- y si toma conciencia de sus posibilidades, puede causar muchas sorpresas esta temporada.

También toreó muy bien al noble tercero, un bonito colorado, bravo también en el caballo, al que cuajó otra vez sobre la zurda, y del que perdió la oreja por el pésimo uso de la espada.

Muy cabal estuvo también Miguel Abellán, que supo dosificar perfectamente las pocas fuerzas del noble primero, pegándose después un arrimón frente al cuarto, una verdadera "prenda". Después de desengañarlo, lo metió en su muleta y le sacó dos tandas de derechazos de mucho mérito.

El primero de Escribano no le dio opciones por su corta embestida y tuvo que abreviar. El quinto tampoco le ayudó mucho: fue noble, pero le faltaron raza y fuerzas. Sin embargo se le aplaudió en el arrastre.

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