Drap Art 2010: reciclando arte

  • Bombonas que se convierten en jaulas, corbatas que se transforman en serpientes, teclas de piano que decoran una lámpara e incluso esculturas de pan. En Drap Art todo es posible. El 17 de diciembre vuelve a Barcelona el Festival Internacional de Reciclaje Artístico de Cataluña.
Civilización, Aberto Carbajal
Civilización, Aberto Carbajal
lainformacion.com
Alessia Cisternino

Llevan 15 años repitiendo que reciclar es necesario. Pero lo hacen a través de un canal algo inusual como el del arte y convirtiendo materiales de desecho en creaciones originales que se hacen cargo de vehicular una idea importante: todo se puede utilizar y volver utilizar mil veces.

Drap Art es una asociación sin ánimo de lucro que nace en 1995 con esta idea y muchas más en la cabeza y que un año más está metida hasta el cuello en la organización del Festival Internacional de Reciclaje Artístico de Cataluña.

Un evento que tendrá lugar en Barcelona en el CCCB y alrededores de 17 de diciembre a 9 de enero, concentrándose sobre todo en los días de las ferias de arte el 17, 18 y 19 de diciembre y también los días 3, 4 y 5 de enero.

Un evento destinado a juntar las fuerzas de los artistas que se dedican a sacar arte de cualquier cosa con la que tropiecen y a dar a conocer este meritorio trabajo a un público que se espera rozará los 20.000 visitantes.

“Drap-Art viene de Drapaires de l'Art” explica Tanja Grass presidenta de la Asociación y directora del Festival Drap-Art. “Cuando estábamos intentando definir quiénes éramos. Alguien dijo que somos como "drapaires de l'art", pues buscamos materiales como "drapaires" (traperos), para usarlos para crear”.

Y efectivamente no hay material u objeto que se haya escapado a la voraz inspiración de los artistas que participan en esta edición del festival – más de 150 entre músicos, talleristas, diseñadores, teóricos y artesanos.

Armengol Tolsà-Badia Ermengol hace experimentos con la bombona naranja de toda la vida, Alberto Carvajal convierte unas corbatas en serpientes – una obra genial con un título inequívoco y alusivo como “Financieros” – Amalgamastudio utiliza incluso pan, sal sin refinar, agua, masa madre y látex ecológico en su obra “Picapan”.

“Vivimos en una bomba de relojería” afirma Tanja Grass intentando explicar la necesidad un año más de organizar un festival como éste. “Gastamos más de lo que tenemos. En 100 años hemos producido más que en todos los siglos anteriores juntos y la tierra es limitada en recursos, hay lo que hay y no hay más”.

A pesar de la importancia del mensaje, este festival tiene que lidiar con un presupuesto cada año más limitado. Y esta vez no es culpa de la crisis. Tanja Grass subraya la tendencia por parte de las instituciones a no valorar el proyecto en la medida que se merece.

“Parece ser” afirma “que como lo nuestro es la basura, no tiene mucho valor lo que hacemos. Y otras muchas propuestas con menos fondo y razón de ser, a veces incluso bastante frívolas, y por descontado con muchas más posibilidades de crear ingresos propios, tienen dotaciones presupuestarias bastante mayores que nosotros”.

Por eso es importante ir, estar y disfrutar de las infinitas posibilidades de este encuentro tan casual y tan revolucionario entre lo que ya no utilizamos o que ya no nos sirve y al arte. “Desde el arte se plantea una toma de conciencia, pero con creatividad. El arte es un lenguaje. Y un lenguaje que motiva” concluye Tanja. Y no podemos no estar completamente de acuerdo.

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