El arte contemporáneo chileno reivindica su espacio en "Ni pena ni miedo"

  • Madrid.- El arte contemporáneo chileno reivindica su espacio en el panorama internacional en "Ni pena ni miedo", una exposición que reúne en Madrid una selección de las obras de ocho artistas procedentes del país latinoamericano.

El arte contemporáneo chileno reivindica su espacio en "Ni pena ni miedo"
El arte contemporáneo chileno reivindica su espacio en "Ni pena ni miedo"

Madrid.- El arte contemporáneo chileno reivindica su espacio en el panorama internacional en "Ni pena ni miedo", una exposición que reúne en Madrid una selección de las obras de ocho artistas procedentes del país latinoamericano.

La "catarsis" que produce la creación que el poeta chileno Raúl Zurita realizó en el desierto de Atacama en 1993, y que da nombre a la muestra, es el punto de partida de la exhibición que se podrá visitar desde hoy y hasta el 5 de marzo en la galería de arte Blanca Soto.

En una entrevista con Efe, Fernando Castro Flórez, comisario de la exposición señaló hoy que, a pesar de no haber sido un foco internacional por sus prácticas artísticas, Chile tiene "una escena bastante interesante, desde los artistas del Grupo de Avanzada, que eran de carácter político, hasta las generaciones más recientes".

Dentro de esa nueva hornada de creadores, Castro Flórez ha realizado para la muestra de Madrid una selección que descubre la importancia que tiene el arte chileno contemporáneo, hasta ahora en un segundo plano frente a las producciones procedentes de países como Argentina, México o Cuba.

"En Chile existe también un arte que es diferente de lo melodramático, que no es de meter miedo, ni puramente cómico. Hay un espacio para un arte crítico que no conduzca solamente hacia lo emocional o hacia lo visceral", señaló.

Y en esa línea creativa, "Ni pena ni miedo" aúna algunas de las creaciones de Eugenio Dittbor, artista que ha llevado sus obras hasta el New Museum de Nueva York; Fernando Prats, y su singular forma de pintar con humo, o Nicolás Franco, cuyos trabajos van de la instalación a la fotografía.

La exposición reúne también los trabajos de Claudio Correa, preocupado por la marginalidad; Patrick Hamilton, alegorista de la arquitectura y la violencia, y Demian Schopf, con un planteamiento en el que confluyen la cibernética, la filosofía y la revisión de la pintura tradicional desde criterios fotográficos.

Junto a ellos, Diego Opazo presenta cuatro imágenes captadas en el año 2000 en las ciudades de Santiago de Chile y Valencia, en España, que representan el "rastro", la "soledad" o el "accidente urbano", tal y como explicó a Efe el propio artista.

Butacas tapizadas en rojo y abandonadas en plena calle, un colchón sobre una acera o los restos del alero de un tejado colgando hacia el suelo, son escenas que para Opazo transmiten la ausencia de lo sentimental, "la falta de apego".

"Ver cómo se prescinde de las cosas que ya no tienen más utilidad y quedan ahí, ante la imposibilidad de volver al pasado y reconstruir el espacio perdido, esa fue mi principal motivación a la hora de realizar esta serie, a la que todavía no he puesto un punto y final", indicó.

Patrocinada por la embajada de Chile, la exposición ofrece también la posibilidad de disfrutar de las obras que el artista Arturo Cariceo ha creado especialmente para poder ser vistas a través de Internet.

Los trabajos del artista chileno y su serie más famosa "Fuckin' Marcianos" se pueden visitar a través de la web www.galeriablancasoto.com.

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