Internet ha modificado nuestros hábitos de consumo en muchos sentidos, pero uno de los más evidentes tiene que ver con la música grabada. Plataformas como Spotify o la tienda online de iTunes están a la orden del día y cada vez cobran más importancia en la cuenta de resultados de las discográficas.
El álbum, formato elegido por la mayoría de los artistas para comercializar su música, se encuentra en caída picada desde el cambio de siglo. Su venta ha bajado a niveles de principios de los años setenta cuando predominaba su comercialización en vinilo y no despachaba ni la mitad de unidades que en la segunda mitad de los noventa, época dorada del CD.
En contrapartida, elgráfico de la Asociación Americana de la Industria Discográfica (RIAA, sus siglas en inglés) muestra la escalada que viene cosechando la distribución de canciones en soporte digital desde 2004, meses después del lanzamiento de iTunes Store.
Como muestran las barras compuestas, en 1999 la venta de álbumes estuvo apunto de alcanzar la cifra de 1.100 millones unidades; mientras que la de canciones era una décima parte y descendía año tras año hasta la aparición de la tienda online de Apple en 2004.
Ahora las cifras se han invertido y la venta de canciones sueltas está cerca de alcanzar los 1.200 millones de unidades por los alrededor de 400 millones de álbumes en soporte físico y digital, casi una cuarta parte.
Otro dato que se puede observar es la recuperación apenas perceptible del vinilo y la completa desaparición del casete tras su auge en los años ochenta y principios de los noventa.
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