Vitoria, 5 ago.- El diestro sevillano Manuel Jesús "El Cid" cortó dos orejas, una a cada toro de su lote, en el primer festejo de la Virgen Blanca celebrado hoy en Vitoria. Por su parte el diestro de Orduña, Iván Fandiño, obtuvo un apéndice auricular en el tercero de la tarde.
Se lidiaron toros del hierro salmantino de Valdefresno, parejos de presentación y bien hechos, los mejores, primero, y sobre todo, el cuarto. Quinto y sexto resultaron deslucidos.
Manuel Jesús "El Cid": estocada contraria y un descabello (oreja); y estocada entera, aviso (oreja).
Cesar Jiménez: bajonazo (ovación); y estocada tras aviso (silencio).
Iván Fandiño: estocada que asomaba y descabello (oreja); y media estocada y un descabello (silencio).
La plaza tuvo menos de un tercio de entrada en tarde lluviosa.
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"EL CID" TRIUNFADOR DE LA TARDE
El diestro sevillano Manuel Jesús "El Cid" cuajó la actuación más completa de la tarde ante los dos mejores astados del hierro de Valdefresno que salieron de los toriles el día grande de las Fiestas de La Blanca en Vitoria.
"El Cid", muy asentado y con precisión, logró conectar con los tendidos ante el que abrió plaza a base de llevarlo con suavidad. Muy sonriente y en comunicación directa y fluida con el respetable, sacó al burel salmantino varias series, con más calado por naturales. El animal, que conservó la movilidad hasta el último tercio, se desplazó con nobleza atendiendo a los engaños del coletudo andaluz.
Mató certero y pese al descabello el morlaco rodó con celeridad lo que propició que los pañuelos asomaran en los tendidos del Iradier Arena.
Al cuarto, el mejor de los valdefresnos, Manuel Jesús lo toreo con mucho sentido también por ambos pitones pero como en su primera actuación, volvió a ligar con más profundidad por el izquierdo. Finalizó con un circular y un pase de pecho que junto a la estocada entera propiciaron una nueva oreja.
Por su parte, Iván Fandiño, salió muy dispuesto a la plaza y desde el inicio de su faena de muleta, con pases cambiados, demostró que iba a por todas. Entendió perfectamente a su primer morlaco que repitió con fijeza.
El de Orduña muy profesional y torero, y que se quitó las zapatillas en los primeros pases con la muleta, vació al toro a base de sacarle series con temple. Se precipitó a la hora de entrar a matar y eso le privó de un trofeo mayor, ya que pese a interpretar una estocada que asomaba, cortó una oreja.
Ante el que cerró plaza no pudo completar las buenas sensaciones que había dejado en su primera actuación, debido a la mansedumbre del animal y el excesivo castigo recibido en varas que terminaron por impedir la realización de faena.
Por último Cesar Jiménez tan sólo pudo recoger una ovación en el segundo de la tarde. Su oponente, corretón, manso y desaborido, no ayudó al diestro de Fuenlabrada. Pese a todo el coletudo le sacó varias series de muletazos sobre todo con la mano izquierda.
El que matara de un bajonazo enfrió al personal que pidió levemente la oreja que no se concedió. En su segunda actuación, adoleció de falta de recursos y además se excedió en una faena de muleta inexistente, sin encuentro entre toro y torero.
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