El cine con el sombrero

Hacen falta cincuenta fases de elaboración diferentes y siete semanas de trabajo para producir un Borsalino original, tanto hoy como en 1857, fecha en la que Giuseppe Borsalino montó la empresa que todavía lleva su nombre y que se convirtió en sinónimo de sombrero en todo el mundo. Un símbolo del trabajo artesanal bien hecho, del Made in Italy, que tuvo la suerte de convertirse en un objeto de culto en las calles tanto como en la gran pantalla.

El sombrero es moda al estado puro: cuando se elige un gorro, una pamela o un sombrero, que sea útil para protegerse del sol o del frío es lo de menos. El sombrero es un mundo semiótico denso, que desprende constantemente el significado que cada cual que lo lleve quiera darle, más allá o incluso prescindiendo de su utilidad.

Si cerramos los ojos y pensamos en el cine es muy probable que la primera imagen que se nos ocurra sea la Humphrey Bogart en Casablanca. En esta célebre película, Rick Blaine lleva básicamente tres complementos: el cigarro, la gabardina y, como no, el sombrero. El matrimonio entre el sombrero y el cine es quizás uno de los matrimonios más conseguidos de la historia y ahora la Triennale di Milano lo celebra con una muestra, El cine con el sombrero. Borsalino y otras historias, que se podrá visitar hasta el 20 de marzo.

Está Rocky con su gorro de lana; Forrest Gump con su gorra roja de béisbol; el pequeño gorro negro de Charlot; el sombrero de copa de Marlene Dietrich en El Ángel Azul. Julia Roberts en Pretty Woman se despide de su amiga regalándole su accesorio favorito: el gorro oscuro que lleva cuando conoce a Richard Gere.

También los malos y los gangsters llevan sombrero: pensemos en Pesadilla en Elm Street o en el escalofriante reverendo de Poltergeist. Casi todos los miembros de la familia Corleone en la saga El Padrino llevan sombrero y en la película Los Intocables los buenos se distinguen de los malos por todo…¡menos que por el sombreros!

La muestra El cine con el sombrero. Borsalino y otras historias, comisariada por el profesor de historia del cine y crítico cinematográfico Gianni Canova, se articula en cinco secciones. La identidad o el cine con el sombrero, que explica la construcción de la identidad del personaje en el cine a través del sombrero; El sombrero que emociona, una secuencia de salas diferentes que suscitan las emociones ligadas a un determinado modelo de sombrero a través de ruidos y sonidos; una sección exclusivamente dedicada a ese gesto cargado de significados que es el gesto de quitarse el sombrero; otra dedicada al sombrero y sus nombres: no solo Borsalino sino también gorro, gorra, pamela, boina, de copa...

Y finalmente Borsalino lanza Borsalino: un recorrido a través de los Borsalino más famosos de la historia del cine, una sección introducida por dos célebres películas de Jaques Deray con Jean Paul Belmondo e Alain Delon: Borsalino (1970) e Borsalino & co (1974).

Con motivo de esta exposición, se presenta por primera vez la versión integral restaurada de un documento de cine industrial realizado en 1912 por la misma empresa Borsalino en la que la elaboración de esos míticos sombrero se cuenta como si fuera una ficción.