Madrid.- Se dice que de la necesidad nace la fuerza y así es en el caso del grupo artístico cubano "Los Carpinteros", por su nombre, su inspiración en el azul turquesa de las aguas caribeñas y su interés por la construcción, el uso de la madera y el metal.
"Los Carpinteros" es el nombre artístico de los cubanos Marco Castillo y Dagoberto Rodríguez, que conversaron hoy con Efe en la galería madrileña Ivorypress donde ultiman los detalles de su muestra "Drama Turquesa" que permanecerá abierta al público del 5 de mayo al 24 de julio próximo.
El bautismo como "Los Carpinteros" no fue una idea de los artistas sino por iniciativa popular de los isleños, indicaron.
El inicio para esta pareja de artistas no fue fácil. En 1991, "Los Carpinteros" comenzaron su andadura junto al artista cubano Alexandre Arrechea y se daban a conocer con los nombres de los tres hasta que éste último se desligó del colectivo en 2003, según contaron.
Las andaduras de los artistas nunca son fáciles en Cuba pero mucho menos al principio, donde la falta de recursos materiales les llevó a usar muebles en sus obras y de ahí viene que el pueblo les bautizarán como "Los Carpinteros", indicaron.
Ahora siguen con problemas de visado, como casi todos los artistas y habitantes de la isla, afirmaron. Pero desde noviembre están en Madrid para crear las 19 obras que reúne "Drama Turquesa".
Se trata de diez esculturas y nueve dibujos fechados en 2010 y que han realizado en "un tiempo récord", según Castillo, mientras han viajado a otros países en los que su obra se muestra en ferias internacionales e instituciones públicas.
Cada escultura de "Drama Turquesa" ha sido creada "cien por cien" como si fuera una "site-specific", es decir, una instalación generada dependiendo del lugar de exhibición, lo cual es un proceso habitual en "Los Carpinteros".
Aunque para el espacio madrileño de la galerista Elena Ochoa, los artistas han apostado por piezas casi "minimalistas" en las que se percibe su intrínseco "interés por la cuestiones constructivas" y ahora la preocupación por "el cuerpo humano y sus dimensiones".
De ahí que hayan hecho uso de diversos materiales que transmiten un abanico de sensaciones en el espectador con respecto al volumen y al espacio en cada una de las obras, como por ejemplo, la madera en la instalación "Sala de lectura", el plástico en la escultura "Patas de rana" (aletas de nadar) y la tela en "16m".
La tela es una "nueva solución", según Rodríguez. La obra "16m" está formada por doscientas blusas blancas de manga larga y chaquetas negras de hombre colgadas en un largo perchero metálico como el que hay en las tiendas de ropa.
A la vista salta una característica en esa pieza: un agujero de un palmo de diámetro que ha sido recortado en el lado derecho de cada una de esas prendas, lo que sugiere al espectador a mirar a través de ese túnel entelado con el interés de "desacralizar", dijo Rodríguez.
Una obra que es un punto de inflexión en su carrera pero que armoniza en "Drama Turquesa" con el resto de piezas exhibidas que tienen un carácter protagonista.
De ahí que el título "Drama Turquesa" más que una función de hilo conductor hace referencia a su acuarela "Derrame turquesa" y al binomio de "drama y paraíso" que se vive en la isla, según contaron Marco Castillo (Camagüey, 1971) y Dagoberto Rodríguez (Caibarién, 1969).
Asimismo el color turquesa protagoniza el catálogo o "libro de autor", que con un diseño cuidado (título troquelado y páginas cosidas al aire con hilo amarillo), aporta la primera charla escrita de "Los Carpinteros" y el cuento "La muerte feliz de Alborada Almanza" del cubano Leonardo Padura Fuentes.
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