El "destape emocional" de San Sebastián en una novela de mujeres y diplomacia

  • La periodista y escritora Isabel San Sebastián confiesa haber hecho un "destape emocional" para escribir la novela "La mujer del diplomático", un tributo a las mujeres de la generación de su madre ambientado en la Guerra Fría, una época que ha querido recuperar ante las tensiones internacionales actuales.

Carmen Naranjo

Madrid, 6 sep.- La periodista y escritora Isabel San Sebastián confiesa haber hecho un "destape emocional" para escribir la novela "La mujer del diplomático", un tributo a las mujeres de la generación de su madre ambientado en la Guerra Fría, una época que ha querido recuperar ante las tensiones internacionales actuales.

Autora de cuatro novelas históricas medievales, San Sebastián decidió escribir sobre una etapa más actual aunque, dice en una entrevista con Efe, poco conocida: la crisis de los misiles de Cuba y la Guerra Fría, a través de las vivencias de la mujer de un diplomático español, un entorno del que sabe mucho por su familia.

"La mujer del diplomático" (Plaza y Janés) viaja desde la actualidad a los años 60 a través de Lucía, una editora que descubre el diario que su madre ya fallecida escribió desde Estocolmo, donde se encontraba con su marido diplomático.

Un relato en el que además de narrar los momentos más tensos de la Guerra Fría y sus temores ante la amenaza nuclear, María -la madre de Lucía- revela sus sospechas por una supuesta infidelidad del marido.

Según Isabel San Sebastián, en el viaje de la novela medieval, que le permitía "disfrazarse mejor", a una época más reciente y a una situación que tiene que ver con su familia (su padre fue diplomático en numerosos destinos), lo más difícil ha sido el ejercicio de "destape, de striptease emocional" que ha realizado.

"Lo he hecho en parte por catarsis, para liberarme de muchas tristezas, muchos recuerdos y en parte como un tributo a las mujeres de la generación de mi madre que vivieron a la sombra de sus maridos o de sus hijos", explica.

Tres generaciones de mujeres, -María, Lucía y Laura- aparecen en su novela, "cada cual con sus certezas, sus miedos, sus retos y sus precios, porque en la vida todo se paga".

En el mundo diplomático que novela, las mujeres, especialmente las españolas, no pasaban de ser "señora de" cuando en realidad "eran piezas absolutamente esenciales tanto en el ámbito familiar como en el profesional", resalta.

Así, en el libro sobrevuela el cambio "brutal" que se ha producido en la situación de la mujer en una sola generación: "exagerando un poco, la vida de mi madre se parecía más a la de mis personajes medievales que a la mía. En cambio a las hijas de esas madres nos educaron para ser luchadoras, trabajadoras, considerarnos iguales que los hombres...".

Todo ello en un período que la periodista creyó había que recordar cuando "lo que está ocurriendo con Rusia y Ucrania empieza a recordar mucho a esa época".

Por eso cree que habría que tener presente lo que ocurrió, "aprender la lección y tener muy claro que la paz no se compra a cambio de tributos sino que se defiende con valentía y con convicción, que fue lo que hizo Kennedy".

Los políticos mundiales actuales no estarían a la altura de un acontecimiento similar, considera Isabel San Sebastián, que advierte de que el mundo occidental "está mirándose el ombligo" y da por hecho que hay bienes como la libertad y la seguridad que están garantizados "y no es así".

La novela refleja algunos acontecimientos reales vividos por su madre como el hecho de estar en Estocolmo, cercana a la frontera soviética, separada de sus dos hijos mayores internos en Madrid, una "angustia", dice, que se le quedó "clavada".

En su retrato de la época, San Sebastián destaca el papel "crucial" que la diplomacia tuvo en aquella crisis, así como en otras muchas hasta la era de la globalización, cuando los políticos se han hecho cargo de las relaciones internacionales.

Por ello cree que "debería recuperarse el concepto diplomacia como se entendía hasta hace unos años, con todo lo que implica de sutileza, de formación, cultura, conocimiento de la historia y las relaciones internacionales".

A través de Lucía y su profesión de editora, San Sebastián aborda en la novela su preocupación por el terrorismo: "he querido reflejar que el terrorismo es una amenaza que ha sustituido en el siglo XXI a la Guerra Fría, hemos pasado de la Guerra Fría a la guerra sucia", recalca.

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