"El Fandi" prende su personal Hoguera de San Juan por la Puerta Grande

Alicante.- El diestro David Fandila "El Fandi" cortó dos orejas, una a cada toro de su lote, y salió a hombros en el séptimo festejo de la feria de Hogueras, hoy en Alicante, ofreciendo además su habitual y vibrante espectáculo, que contrastó con la falta de ánimo de los otros dos alternantes.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Fuente Ymbro, bien presentados y encastados, aunque alguno viniéndose abajo en el último tercio. Destacó sobremanera el quinto.

Juan Serrano "Finito de Córdoba": tres pinchazos echándose fuera y descabello, doblando el toro por su cuenta (bronca); y pinchazo hondo y dos descabellos (aviso y división al saludar).

David Fandila "El Fandi": estocada (oreja con petición de la segunda); y pinchazo y buena estocada (oreja).

Alejandro Talavante: dos pinchazos, y media tendida y caída (silencio); y pinchazo y bajonazo envainado trasero (palmas).

La plaza tuvo un tercio de entrada en tarde agradable y con las cámaras de la televisión autonómica "Canal 9" en directo.

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TOREROS COMO LA NOCHE Y EL DÍA

Uno de los carteles más flojos en el día grande de Hogueras, la festividad de San Juan. Y encima la televisión. No se recuerda una entrada tan floja en fecha tan señalada.

Menos mal que "El Fandi" arrastra todavía mucha gente. Torero del pueblo no sólo por su estilo sino también y sobre todo por la garantía que supone su entrega. "El Fandi" es uno de los pocos que sale a darlo todo.

Con más o menos exquisiteces, sin embargo, en plazas como ésta no suele fallar. Mitad bullanguero, mitad poderoso, termina pegándole pases a muchos toros sean de la condición que sean, y la gente se lo pasa bien con él.

En contraste algunos nombres que, mucho más que acomodados, están de vuelta en la profesión, caso de "Finito de Córdoba", a quien se le ha reconocido siempre como un buen torero, pero sin justificarlo en los momentos claves de su carrera, y que corridas como la de hoy se las plantea ya de puro trámite.

"Finito", extraordinario torero de campo, lleva ya muchos años, pero muchos, sin dar la cara. Y como está respaldado por una casa empresarial, los "Matillas", que le aseguran un número de corridas al año, su esfuerzo sigue siendo mínimo por no decir inexistente.

A "Finito" le entraron prisas para quitarse de enmedio al toro que abrió plaza, que lo único malo que hizo fue salir al ruedo con cierto brío. La orden al picador fue tajante: masacrarlo. Lógicamente se defendió en la muleta. Y "Finito" sin terminar de ponerse.

Menudo petardo, corroborado con la espada, pues salió huyendo las tres veces que atacó con el estoque, incluso se tomó también precauciones con el descabello. Mítin en toda regla.

El cuarto tuvo mejor condición, más noble, y aunque sin confiarse del todo nuevamente, aquí le pegó "Finito" algún muletazo aislado de buen corte, poca cosa para lo que el toro merecía.

Actuaciones como la de "Finito" hacen que resalte aún más la de otros toreros que están dispuestos a todo, como ocurrió con el granadino "Fandi".

En su primero, torbellino de lances en el recibo, intercalando verónicas y chicuelinas, y posterior galleo también por chicuelinas. Con las banderillas, ya se sabe, todo un espectáculo, los pares de la moviola, de poder a poder y "al violín", amén de las carreras hacia atrás hasta frenar al toro completamente en seco.

Con la muleta no es que tenga precisamente un arte muy distinguido, pero es más que palpable su voluntad y poderío, "metiéndose" mucho con los toros.

Este primero suyo amagó con "rajarse" desde la misma apertura de faena, y a base de taparle la salida, incluso templándole, acabó haciéndose con él. Lo mató bien y cortó una oreja, todavía con pañuelos de sobra para una segunda que el presidente no concedió.

El quinto fue el toro más bravo del envío, que por esa misma condición no fue nada fácil. "El Fandi" estuvo muy en lo suyo, al tiempo que hizo un esfuerzo tremendo.

La consabida larga de rodillas, nuevo galleo, cuatro pares de banderillas, cuatro, de auténtico clamor, y ya muleta en mano, valiente a carta cabal en una faena larga y muy vibrante. Cortó la oreja que necesitaba para abrir la "Puerta Grande".

A mitad de camino entre "Finito" y "Fandi", el joven Talavante planteó una primera faena que no tenía mucho sentido, empeñado en la quietud, cuando el toro, que manseó mucho, estaba pidiendo una lidia más a la antigua, sobre las piernas.

El sexto fue un toro grandón con un buen pitón derecho, y al que Talavante tardó en ver. Le pegó pases, algunos muy buenos, pero sin terminar de estructurar faena.