El fotógrafo Carlos Cánovas expone "Séptimo cielo", su entorno más cotidiano

  • El fotógrafo Carlos Cánovas expone en la sede de Gas Natural Fenosa en Barcelona su "Séptimo cielo" fotográfico, imágenes de gran tamaño que evocan con un halo entre romántico y misterioso su entorno más cotidiano, el que rodea a su casa en Pamplona.

Barcelona, 20 oct.- El fotógrafo Carlos Cánovas expone en la sede de Gas Natural Fenosa en Barcelona su "Séptimo cielo" fotográfico, imágenes de gran tamaño que evocan con un halo entre romántico y misterioso su entorno más cotidiano, el que rodea a su casa en Pamplona.

En una entrevista concedida a Efe, Cánovas señala que el título de la serie es "un guiño a las películas y obras homónimas, pero también se refiere al paraíso que todos buscamos".

Organizada por el Museo de Arte Contemporáneo Gas Natural Fenosa (MACUF), la exposición arranca, precisamente, con una casualidad, el hallazgo de una pintada en el vallado de un terreno vacío, en la que se lee "7º cielo".

Desde aquella foto, Cánovas ha ido enriqueciendo una serie que ya acumula cuatro años de paseos "siempre en un kilómetro cuadrado alrededor de casa".

La serie "Séptimo cielo", en la que tienen un protagonismo especial los cielos grises, nublados, del atardecer o de la noche, sigue la filosofía de obras anteriores de Cánovas: "la mirada a las zonas donde se acaba la ciudad y empieza el campo y la preocupación atmosférica, el sentido climático".

El fotógrafo apunta que sin haberse ido muy lejos, ha logrado reflejar las características de cualquier zona residencial, los barrios de adosados, "prototipos que proponen una reflexión sobre los espacios que hemos construido para vivir".

Con esta exposición, Cánovas, que ya atesora 40 años de carrera artística, ha trabajado por primera vez digitalmente y en color, a través de una técnica en mosaico, consistente en realizar tres disparos, que luego ensambla con el ordenador, para conseguir la amplitud de las fotografías.

Cree que "aunque lo natural es hacer fotografía en color, como la vida misma, eso no quita que tenga ganas de volver a hacer fotografías en blanco y negro, porque soy deudor del tipo de fotografía que había cuando empecé".

"No es una serie cerrada, faltan muchas cosas por contar, he hecho miles de disparos, de esos me he quedado con unas 600 fotos, y de esta selección se han expuesto treinta, pero las voy cambiando", ha abundado Cánovas, que no quiere ofrecer "postales" bonitas, pero tampoco "cloacas de denuncia".

Los parajes fotografiados pertenecen a dos poblaciones cercanas a Pamplona, Cizur Menor y Zizur Mayor, siempre vacíos de presencia humana, donde los protagonistas son los caminos, los bancos, los edificios, las nubes o la tonalidad del cielo.

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