El género a capela se muda al teatro

  • Tutto per Gina es el nuevo espectáculo cómico a capela de Primital Bros, cuatro cantantes que enmudecen el texto teatral para convertirlo en una banda sonora optimista, a cuatro voces, para tiempos de crisis.
El género a capela se muda al teatro
El género a capela se muda al teatro
Teatro Alfil
David González / Aviondepapel.tv

Cuando se abre el telón del Teatro Alfil, el espectador ya sabe que lo que verá no es teatro; tampoco mimo, ni tan siquiera un musical o un monólogo cómico. Empieza la primera escena y cuatro hombres bajo una misma sábana se desperezan tarareando, entre los ronquidos de uno de ellos y la pesadilla de otro. Comienzan las risas en las butacas.

Así comienza la función Tutto per Gina, el nuevo espectáculo de Primital Bros, así descubre el público que los chicos de Primital acaban de destruir, pieza a pieza, todos esos géneros dramáticos antes mencionados y reconstruirlos en un nuevo puzle. El público no escuchará ni una sola palabra durante la función. En cambio, la obra promete carcajadas, chasqueo de dedos, palmas y coros al ritmo de canciones a capela por todos reconocidas.

Tutto per Gina no es más que el tránsito de la filosofía musical que Santiago Ibaretxe (¿músico o showman?) lleva desarrollando con su grupo por el circuito madrileño de la música en vivo durante años. El asalto a los escenarios teatrales de este nuevo musical a capela se forja con una escenografía minimalista, al estilo Yllana. De hecho Primital estrena en su casa, el Alfil; y esta nueva obra, oda a Gina, permanecerá en cartel hasta el 19 de septiembre en la calle Pez.

En Tutto per Gina, Santiago Ibarretxe, Luis Baladrón, Íñigo García y Daniel Llull son cuatro compañeros de piso que idolatran el poster de la actriz Gina Lollobrigida, musa y diosa omnipresente en las peripecias que acontecen.

La obra circunda las vicisitudes de este cuarteto de obreros que se quedan sin trabajo, roban un banco, los encarcelan, huyen a una isla desierta, encuentran un tesoro y regresan triunfantes a la ciudad.

Quizás sea este el talón de Aquiles de Tutto per… La falta de una historia más de corte dramático -con más amartía y caracterización de personajes o bien peripecias más solventes-, que mejore las transiciones entre gag y gag musical, y nos envíe a un clímax final más, digamos, de teatro, y menos de concierto.

Sin embargo, las voces de Primital sostienen en gran parte la intensidad, continuidad y la participación del público, que tararea, corea y aplaude los cambios de voces, la mueca y los hilarantes gestos –sobre todo, de Ibarretxe, hombre hiperexpresivo donde los haya-.

La ausencia de palabra se sustituye por el canto a capela del grupo, que imprime en cada minuto (¡más de siete canciones cada 60 segundos, en algunas fases de la obra!) una múltiple banda sonora emocional de lo que les acontece: el medley sin interrupciones acoge desde los clásicos vocales de los años 60 a los temas más ochenteros, incluso con un particular repaso a los Beach Boys o a Bee Gees. Humor blanco inmaculado, música a cuatro gargantas que cambia de tesitura para enfatizar las emociones y los chistes corporales: risas en las butacas, en definitiva.

Por cierto, si la Real Academia castellanizó el término latino a cappella por el ahora aceptado a capela, quizás habría que otorgarle a Santiago Ibarretxe la refundación de un nuevo género: el teatro a capela. Al César, lo que es del César.

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