El hermano de Mick Jagger se une a la Vargas Blues Band en una gira española

  • Javier Herrero.

Javier Herrero.

Madrid, 23 oct.- El "blues" y un amigo en común unieron las carreras e intereses de Javier Vargas, líder de la Vargas Blues Band, y de Chris Jagger, el hermano menor de Mick Jagger, que mañana inician en Ibiza una breve gira combinada por España.

Serán tres citas en total. La primera será la mencionada, en el teatro Can Ventosa de la isla pitiusa; el viernes actuarán en la sala Boogaclub de Granada, y el próximo sábado en la sala Shoko de Madrid, ciudad en la que hoy se han encontrado con Efe.

"Ambos pertenecemos casi a la misma generación y escuchamos la misma música, el 'brit blues' de Fleetwood Mac, de Peter Green...", ha explicado Vargas sobre sus puntos coincidentes, a pesar de los 10 años que le separan de Jagger (Dartford, 1947).

El "blues", añade éste, es un "idioma común" que no entiende de edades ni de lugares y que permite conectar a dos seres en cualquier parte del mundo, como esa pasión que comparten por la música rock de raíz americana.

"Odio Nashville", le espeta a Vargas cuando éste menciona su estancia universitaria en el estado de Tennessee (EE.UU.). "Tomaron el 'country' y lo hicieron algo comercial, como un 'Factor X' -dice en alusión al célebre programa de televisión-, algo falto de imaginación", apostilla el músico, que comenzó su carrera en 1973 con el álbum "You know the name but not the face".

A pesar de su famoso apellido, Jagger sufrió la apatía de productores y discográficas que en los años del éxito del "punk" y la música disco no querían ni oír hablar de géneros como el "hilbilly", base del "bluegrass" y el "country".

"Durante esa época, los medios musicales consideraban que todo lo que no era 'punk' era basura, incluidos los Rolling", asegura.

Cuesta creer que nadie quisiera hacerle un disco al hermano de Mick Jagger. "Lo habrían hecho por las razones equivocadas", apunta Chris, que en sus años de sequía musical se dedicó a otras actividades profesionales, como el periodismo, y, en la década de los 80, a la fabricación de un nuevo tipo de guitarra llamada "staccato".

Su retorno discográfico se produjo en 1994 con la implantación del CD. Entonces publicó el disco "Atcha", al que siguieron cinco discos más y el inmediato lanzamiento de "Concertina Jack", el último de todos.

"Chris espera que sea un buen regalo para el calcetín de Navidad y le quite a One Direction el primer lugar en ventas", señala su web con humor.

También Javier Vargas llega con novedades. "Heavy city blues" es "un punto y aparte en busca de nuevos caminos", como son todos sus discos, dice.

En este caso, e influido por la compañía del bajista Carmine Appice, la pulsación es "más rock", lo que se percibe en la forma de tocar, "más fuerte", y en unos temas "con muchas influencias de principios de los años 70".

Se trata, añade, de una "catarsis frente a un ambiente opresivo", el de la "heavy city" del título, que es "cualquier ciudad grande del mundo, deshumanizadas por la polución y el estrés que supone vivir en ellas".

Vargas, que apuesta por una conexión más espiritual y menos material, considera imposible abstraerse de los recientes acontecimientos internacionales, del contexto general que están conformando ese "nuevo orden mundial", y así canta al "desamor y la desigualdad", entre otros temas.

"Heavy city lights" incluye una versión del "Love hurts" de The Everly Brothers y llega después de la celebración de su vigésimo aniversario en el mundo de la música con "Vargas Blues Band & Company" (2012).

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