El intelectual galo Bernard-Henri Lévy dice hay que parar la política de Sarkozy contra los gitanos

  • Madrid.- Curtido en la defensa de los derechos humanos, el intelectual francés Bernard-Henri Lévy, tiene ahora dos frentes abiertos: Abolir la lapidación en el mundo y "parar" las expulsiones de gitanos en Francia, fruto del "oportunismo político" del presidente francés, Nicolas Sarkozy.

El intelectual galo Bernard-Henri Lévy dice hay que parar la política de Sarkozy contra los gitanos
El intelectual galo Bernard-Henri Lévy dice hay que parar la política de Sarkozy contra los gitanos

Madrid.- Curtido en la defensa de los derechos humanos, el intelectual francés Bernard-Henri Lévy, tiene ahora dos frentes abiertos: Abolir la lapidación en el mundo y "parar" las expulsiones de gitanos en Francia, fruto del "oportunismo político" del presidente francés, Nicolas Sarkozy.

"¡Hay que pararlos!", afirma, con determinación, BHL (como se le conoce en Francia, por las siglas de su nombre), en una entrevista con Efe, con motivo de su presencia en España para participar hoy como invitado especial en el Hay Festival de Segovia.

En la ciudad castellana, participa en una conversación con el escritor y académico Juan Luis Cebrián, y en la inauguración, más tarde, de una exposición del pintor Rafael Cidoncha, uno de sus amigos más "cercanos", que reúne cuadros que reflejan rincones, vistas y personas en la casa que Lévy tiene en Marraquech.

La expulsión de gitanos rumanos y búlgaros del territorio francés es un asunto "indigno" y "escandaloso" para Lévy, quien ha puesto su energía y su tirón mediático para que la opinión pública francesa se conciencie y "se rebele" contra esa política de Sarkozy, de su primer ministro, François Fillon, y del responsable de Interior, Brice Hortefeux. "¡Hay que pararlos!", insiste, también en español.

Con ese objetivo y con el lema "¡No toques mi nacionalidad!", en alusión a una propuesta en trámite parlamentario para retirar la nacionalidad para quienes se hubieran naturalizado franceses en los últimos diez años y hubieran cometido ciertos delitos, en particular contra policías y gendarmes, Lévy ha convocado, junto a SOS-Racismo y el diario "Libération", una gran concentración mañana en París.

"Es muy importante que la opinión publica se rebele para que el poder dé marcha atrás", dice.

Y añade que es necesario defender el "modelo nacional francés basado en el derecho de suelo, la generosidad hacia los extranjeros y el principio de que no se mira la etnia. No podemos permitir que se destruya ese modelo. Eso hay que detenerlo inmediatamente".

A juicio de Lévy, Sarkozy, en su actuación contra los gitanos, se ha metido "en las tierras del (ultraderechista) Frente Nacional".

Y resume: El presidente francés ha cometido tres errores. El primero, "estigmatizar" a los gitanos; el segundo, lanzar la idea de quitar la nacionalidad, pues el Estado francés no se puede convertir en "una máquina de convertir apátridas"; y tercero, decir que Francia estaba "en guerra" contra los delincuentes, ya que "un estado democrático no hace la guerra".

Una guerra, pero pacífica, es la que Lévy ha emprendido en favor de la iraní Sakineh Mohammadi Ashtiani, pendiente de revisión judicial en su país del caso que la acusa de supuesto adulterio y colaboración en el asesinato de su marido.

Una vez suspendida, el pasado día 8, la pena de muerte por lapidación a la que fue condenada gracias a la presión internacional, el reto para Lévy es "salvarla", ya que piensa que "tendrá como consecuencia la prohibición mundial de la lapidación".

"No pasa un día sin que piense en eso, día y noche, constantemente. Me he hecho la promesa, me he jurado a mi mismo hacer todo, incluso lo imposible, para salvar a esa mujer", asegura.

Gracias a su iniciativa de recogida de apoyos a través de la asociación La Règle du Jeu (http://laregledujeu.org), que ya tiene casi 147.000 firmas, la movilización a favor de Ashtiani es "muy fuerte en Estados Unidos, Francia y España".

Ahora, su objetivo es que esa "ola" invada también los países musulmanes, por eso en los más "moderados" va a abrir en las próximas semanas "comités" de apoyo. Y cita, en concreto, a Marruecos, Túnez, Turquía, Bosnia y, "espera", que también Argelia.

"Este asunto de la lapidación es una afrenta a las mujeres, a los hombres y a los derechos humanos. Es también un insulto al Islam (...) Es un insulto a todos los musulmanes del mundo, si yo fuera musulmán me sentiría ofendido con este asunto", afirma.

En cuanto a su producción literaria, Lévy, que confiesa a Efe su preferencia a ser denominado "intelectual" antes que "filósofo", pues lo considera "más preciso", cita dos libros publicados este año, "De la guerre en philosophie" y "Pieces d'idéntité".

En cuanto a "Enemmis Publics", escrito a cuatro manos con Michel Houellebecq, Lévy desvela a Efe su génesis:

"Un día recibí un SMS de Michel Houellebecq, un domingo, casi no nos conocíamos, donde me decía que estaba desesperado, que pensaba en suicidarse. El azar hizo que estuviese en París y le respondí: '¿Antes de suicidarse, por qué no cenamos juntos esta noche?'. Me explicó las razones por las que quería suicidarse y la última era que no tenía nadie con quien hablar (...) Le dije: 'Escuche, en cuanto a las otras razones no puedo hacer nada, pero en cuanto a la última, quizá podamos encontrar una solución'".

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