León.- El Antifonario de la liturgia visigótica mozárabe, hecho en 1069 como copia de uno del siglo VII durante el reinado de Wamba, saldrá a la luz en 2011, merced a una edición facsímil de 1.000 ejemplares.
El Antifonario es una joya de la música universal y el único texto completo de la liturgia musical mozárabe, ya que en la actualidad sólo perviven fragmentos de otros similares copiados en monasterios del norte de España.
Este importante documento de la catedral de León recoge los cantos de las celebraciones litúrgicas hispanas, y consta de 306 folios de pergamino -33 por 24 centímetros- escritos generalmente a una columna, en letra visigótica, alguno de ellos con miniaturas y letras con entrelazados que recuerdan estilos carolingios.
La labor de digitalización que ahora emprenderá el Ministerio de Cultura se realiza mediante una cámara especial, sin contacto físico con la superficie de los folios y luz fría, para proceder luego a realizar copias e incorporar la misma a los portales "patrimonio Bibliográfico y Pares".
Para difundir la obra en centros de investigación y enseñanza se realizará además la edición de 1.000 ejemplares facsímil y 2.500 DVD.
El Antifonario, que se hizo en 1069, pero en el folio 25 del mismo se indica que es copia directa de otro manuscrito del siglo VII (en el reinado de Wamba), fue realizado en el monasterio de San Cipriano del Condado (León) y el copista la dedicó al abad Ikila.
En el inicio del manuscrito aparece una cruz de factura asturiana y una imagen en la que el copista entrega la obra terminada al abad Ikila, y en folios posteriores refleja ilustraciones con la vida de Jesús.
El Antifonario presenta la notación musical en neumas sin pentagrama, y en notación visigótica y permanece sin descifrar pese a los esfuerzos de los musicólogos.
La catedral de León atesora documentos excepcionales del medievo, entre ellos la Biblia Mozárabe, el Libro de las Estampas o el Palimpsesto, en el que se recoge la Lex Romana Wisigotorum, con caracteres del siglo VI al X.
Dispone de otros testimonios únicos, entre ellos el llamado "Documento de los quesos", en el que por primera vez se utiliza en España la lengua romance, antes aún de que se datase en las Glosas Emilianenses.
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