El Museo del Chopo, un detonador de vanguardias culturales en México

  • Julián Rodríguez Marín.

Julián Rodríguez Marín.

México, 18 ene.- El Museo del Chopo, un edificio emblemático de la capital mexicana inaugurado por Porfirio Díaz en 1910 como un símbolo de modernidad y progreso, refrendó su vocación de avanzadilla en los setenta al impulsar movimientos alternativos y grupos de vanguardia en el arte y la música.

La edificación, una enorme estructura de hierro y vidrio construida en piezas desarmables en Alemania, fue comprada por la Compañía Mexicana de Exposición Permanente y traída en barco a México.

Fue el primer edificio ensamblado en este país en ese estilo conocido como "art nouveau" o Modernismo, explicó Brenda Caro, del área de documentación del Museo, en entrevista con Efe.

Quedó instalado en la antigua calle del Chopo en la colonia Santa María la Ribera, consta de tres naves, de las cuales la principal tiene una altura de 32 metros, y las laterales, 19.

Además, cuenta con dos torres de 47 metros, que la convierten en una de las edificaciones más altas para esa época: se asemeja a una catedral de hierro y cristal.

Caro explicó que, tras el fracaso de convertir este recinto en un espacio para exposiciones comerciales, el Gobierno de Díaz lo arrendó en 1909 para instalar el Museo de Historia Natural, aunque antes lo cedió para instalar el Pabellón japonés, como parte del festejo del Centenario de la Independencia.

Desde 1913, el Chopo se convirtió en un espacio de vanguardia con numerosas colecciones de fósiles, especies disecadas de animales y vegetales. Además, contó con un departamento de taxidermia y otras dependencias para aumentar su acervo.

En este museo se mostró por primera vez en México una réplica del fósil de diplodocus de 27 metros de largo donado por el estadounidense Carnegie Museum, por lo que durante décadas se le conoció como el Museo del Dinosaurio.

En 1964, el Chopo fue cerrado y sus colecciones trasladadas a un nuevo recinto en el Bosque de Chapultepec, donde permanecen hasta ahora.

Desde 1964 hasta 1975, el edificio permaneció abandonado, aunque en él se filmaron diversos cortos y algunas cintas, entre ellas "La mansión de la locura", de Juan López Moctezuma, y "Recodo del Purgatorio", de José "El Perro" Estrada, comentó Caro.

El edificio, que desde 1927 formó parte de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), volvió a cobrar vida a partir de 1975 como Universitario del Chopo y se convirtió en un polo de promoción de la cultura del centro norte de la capital mexicana.

En aquellos años fue dirigido por la escritora Ángeles Mastretta y el pintor Arnold Belkin, quienes dieron un gran impulso a diversos grupos musicales y de artes plásticas.

Organizaron una gran cantidad de actividades de acercamiento con la comunidad, como talleres, conferencias, presentaciones de grupos marginales de artistas plásticos y musicales.

"En los setenta, el Chopo se convirtió en un bastión importante de diversos grupos culturales y sectores juveniles que estaban fuera de los medios y canales oficiales, así como expresiones ligadas al movimiento 'hippie', 'punk' y el lésbico-gay", explicó.

Entre 2006 y 2007, el museo fue renovado totalmente en su interior para dar más cabida a espacios de expresión artística y se construyeron tres niveles con nuevas áreas de exhibición, un foro cerrado y sala de cine, entre otras innovaciones.

También en su interior surgió en la década de los ochenta el conocido "tianguis" de la música del Chopo, que comenzó a partir de los festivales de rock alternativo, lo que en un momento fue un espacio para el intercambio de discos y música, aunque su crecimiento rebasó los límites del recinto y salió a las calles.

Enrique Arriaga, responsable de la mediateca, explicó a Efe que actualmente el Museo tiene cuatro líneas estratégicas en sus actividades: escenas subterráneas y heterodoxas; dispositivos tecnológicos, economías creativas; diseño, espacio urbano y arquitectura, y finalmente historia, recinto y colección.

"La idea es mantener al museo como un motor cultural, un detonador de numerosas expresiones culturales y siempre vinculadas a la comunidad", aseveró.

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