El Nederland deja entrever su poderosa alma con un programa de lujo

  • Madrid.- El programa con el que el Nederlands Dans Theater (NDT) hace su "jubileo", estrenado esta noche en el Teatro Real, es uno de esos repertorios lujosos con los que una formación que cumple 50 años presume del talento atesorado y con el que permite atisbar, como a través de un corte transversal, el alma de la compañía.

Madrid.- El programa con el que el Nederlands Dans Theater (NDT) hace su "jubileo", estrenado esta noche en el Teatro Real, es uno de esos repertorios lujosos con los que una formación que cumple 50 años presume del talento atesorado y con el que permite atisbar, como a través de un corte transversal, el alma de la compañía.

El NDT, como otros muchos ballets han hecho a partir de su experiencia, tiene una compañía matriz y una dedicada a la formación de jóvenes, su cantera, la NDT II y hoy ha querido mostrar en el Real cómo trabajan unos y otros y qué bien lo hacen juntos ante alguno de sus más ilustres ex compañeros, como Nacho Duato.

En la primera parte 27 bailarines del NDT I y del NDT II han enseñado en "Whereabouts unknown" cómo se pueden transmitir las experiencias biográficas que el "alma máter" de la compañía, el checo Jiri Kyliàn (1947), dejó en la compañía en la que estuvo de 1975 a 2004, el tiempo en el que ella se convirtió en un referente y él en el coreógrafo vivo de danza contemporánea más importante del mundo.

Con 19 mujeres en el escenario, las idas y venidas de "Whereabouts unknown" (1978) sobre los restos de las antiguas civilizaciones, con música de Arvo Part, Anton Webern, Steve Reich y Charles Ives, reivindican, paradójicamente, su atemporalidad y explican por qué es emblemática para el NDT, que la ha bailado en estos 32 años en numerosas ocasiones.

Es una visita privilegiada, según explicaba en rueda de prensa el director actual de la compañía, Jim Vicent, a lo que cimenta la NDT y contiene incluso una parte crítica, de preguntas y respuestas "difíciles de contestar".

Pero es que, además, la calidad técnica de los intérpretes del NDT -donde bailan los españoles Jorge Nozal, Sandra Marín, Marina Mascarell, Lydia Bustinduy, Iván Pérez Avilés, Fernando Hernando Magadán y Marco Blázquez- es apabullante.

Los 18 minutos de la pieza compuesta por el tándem que forman la cordobesa Sol León y el inglés Paul Lightfoot, "Subject to change", para el NDT II ha sido otra ocasión de observar el magnífico trabajo que hace su director, Gerald Tibbs, y la creatividad que mana por todos sus poros.

León y Lightfoot hicieron "Subject to change" (2003) como un homenaje a Ruti, la persona que cuidaba a su hija, y utilizaron para ello la pieza de Schubert "La muerte y la doncella".

La argentina Carolina Mancuso y el portugués César Faria Fernandes han bordado lo que fue el experimento de abordar la muerte de personas muy cercanas, "un tema muy delicado, a la vez real y a la vez muy abstracto" en el que el espectador ha comprendido toda su magia a tenor de la ovación que se han llevado bailarines y creadores.

Con todo, el plato fuerte ha sido una coreografía emblemática de Kyliàn y el NDT, "Symphony of Psalms", creada en 1978 pero tan atemporal como entonces gracias a la forma en la que la música de Stravinsky comulga con unos movimientos tan espirituales.

Son los salmos 39, 40 y 150, y la pieza además de ser una celebración de espiritualidad muestra el alma de la compañía y el especial "ADN" que imprimió en ella Kyliàn.

Pero como la compañía está "loca de alegría" por haber llegado en tan buena forma al medio siglo han regalado, y lo seguirán haciendo hasta el próximo sábado, unas "performances" callejeras, y en los espacios públicos del Real, en las que se puede contemplar a los bailarines ataviados de "seres mágicos" bailando con alambres y cuerdas.

En los dos descansos se proyecta además el documental sobre la compañía en el que se puede ver en blanco y negro a sus míticos Alexandra Radius y Hans van Manen, los primeros desnudos integrales del ballet moderno, la construcción de su sede y su conversión en ese paradigma de la danza moderna que acaba con el propio Kyliàn haciendo de las suyas.

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