El Pompidou piensa en Latinoamérica en su sueño de museo global

  • Decir Centro Pompidou es decir "Arte" con mayúsculas. En París desde 1977; en Metz, cerca de Luxemburgo, Bélgica y Alemania desde 2010; y pronto en Málaga (España), siguiente paso de una expansión global que en el futuro llegará a América Latina.

María Luisa Gaspar

París, 6 sep.- Decir Centro Pompidou es decir "Arte" con mayúsculas. En París desde 1977; en Metz, cerca de Luxemburgo, Bélgica y Alemania desde 2010; y pronto en Málaga (España), siguiente paso de una expansión global que en el futuro llegará a América Latina.

Falta aún cierto tiempo para que este templo del arte moderno y contemporáneo pueda abrir otros museos temporales inspirados en el modelo que prepara para la ciudad andaluza para 2015, y eche raíces en Latinoamérica y otras escenas emergentes también en lo artístico, como la India, Europa del Este y Asia. Pero la idea está en el aire.

Fue esa, al menos, la estrategia de desarrollo para el Pompidou del siglo XXI esbozada someramente el pasado miércoles por su presidente, Alain Seban, cuando presentó junto al alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, la que espera será una etapa clave de su plan.

Un gran proyecto, el de la ciudad natal de Picasso, cuyo lanzamiento está ya muy avanzado en París.

En especial en lo que concierne al contenido de su exposición permanente, formada por más de 80 obras maestras -90 quizás- de los siglos XX y XXI, que entre otras manifestaciones se completará con un programa de hasta tres exposiciones temporales, talleres y actividades para el público más joven.

Renovable cada dos años, la primera gran exhibición malacitana ilustrará las múltiples facetas de la representación moderna y contemporánea en cinco secciones: "Metamoformosis", "El cuerpo en pedazos", "El cuerpo político", "Autorretratos" y "El hombre sin rostro".

Será un recorrido por la creación de Baselitz, Boltanski, De Chirico, Erró, Brancusi, Tapies, Max Ernst, Saura, Schnabel, Van Dongen, Calder, Chagall, Currin y otros gigantes del arte, y por supuesto Picasso, figura que de principio a fin dejará su impronta.

Escaparate pionero de un nuevo concepto museográfico, la tercera ciudad española en el terreno cultural después de Madrid y Barcelona, que visitan cada año cuatro millones de turistas, tiene la garantía de que no habrá en el país ningún otro "CPP" (Centro Pompidou Provisional) mientras exista el suyo.

Es decir durante cinco años, prorrogables al menos otros cinco, y sin que esto quiera decir que los destinos de Málaga y el Pompidou se separen luego por completo.

Al contrario, tanto De la Torre como Seban dijeron estar ya reflexionando en la manera de dar algún tipo de posteridad a la colaboración entablada, más allá de su vocación efímera.

"El éxito de esa fase posterior es para nosotros tan importante como el éxito del Centro Pompidou Málaga" (CPM), prometió Seban.

No resulta difícil creerle, pues el despliegue internacional que aspira a construir podría tomar forma de una red de núcleos variados diseminados por los cinco continentes, ya que, dijo, "el arte hoy es global" y un gran museo "debe ser global".

Tras la apertura de su sede en Metz y la experiencia de un Pompidou francés Itinerante, abandonada en 2013 por su elevado coste, Málaga permitirá explorar una nueva pista en la misma dirección.

De ahí que los esfuerzos se concentren ahora en el sur de España, antes que en prospectar potenciales territorios donde expandir el saber hacer de sus equipos y dar a conocer las 100.000 obras que pueblan su colección de arte moderno y contemporáneo.

Primer fondo de Europa y uno de los dos más importantes del mundo en su género, que Seban quiere ver crecer con el arte emergente de los países donde se instale para divulgarlo.

El objetivo es también obtener ingresos suplementarios. Llegar a abrir "al menos" tres CPP en el extranjero y en Francia, para conseguir unos ingresos anuales de tres millones de euros (3,89 millones de dólares), según "Le Monde".

Desde el muelle uno del puerto malagueño, bajo su vistoso "Cubo" de vidrio, el Pompidou aportará más de dos millones de euros (2,59 millones de dólares) anuales a París. Por el préstamo de obras, pero también para costear transportes, seguros y otros gastos intrínsecos. La suma final dependerá de los proyectos que se impulsen en los 6.000 metros cuadrados que tendrá a su disposición.

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