El Rototom ofrece comida y artesanía de múltiples nacionalidades

  • Benicàssim (Castellón).- Pasear por el recinto del festival de reggae Rototom Sunsplash, que se celebra hasta este sábado en Benicàssim, supone iniciar un viaje cultural a numerosas nacionalidades, ya que se puede encontrar comida, bebida o ropa de lugares tan lejanos como India, Tailandia, Senegal o Rusia.

El Rototom ofrece comida y artesanía de múltiples nacionalidades
El Rototom ofrece comida y artesanía de múltiples nacionalidades

Benicàssim (Castellón).- Pasear por el recinto del festival de reggae Rototom Sunsplash, que se celebra hasta este sábado en Benicàssim, supone iniciar un viaje cultural a numerosas nacionalidades, ya que se puede encontrar comida, bebida o ropa de lugares tan lejanos como India, Tailandia, Senegal o Rusia.

Entre los cerca de cien puestos del mercadillo del festival es fácil encontrar artesanía pro África, como la que se vende en las tiendas situadas en African Village, el espacio dedicado a las raíces africanas y en el que cada día se ofertan talleres de cursos de cocina y danza, de canto tradicional y se imparten conferencias.

El responsable de la organización del mercadillo, Reyes Rodríguez, explica a EFE que en ese espacio se han instalado dos puestos de África y de Senegal en los que sus responsables venden productos típicos de sus respectivos países.

También es posible encontrar en el mercadillo feriantes procedentes de Perú, Austria, Alemania, Francia o Bélgica, además de Italia, de donde procede la mayoría, al tratarse del país que acogió en Rototom en sus dieciséis ediciones anteriores.

Sin embargo, en este festival internacional también tiene cabida lo local, y la organización del festival contactó con los emprendedores de Benicàssim para animarles a instalar un puesto en el recinto, como hicieron Rosa, "encantada" con su participación en el Rototom, y otros cuatro vendedores, explica Reyes.

También otra benicense ha montado una tienda en la que vende productos para la playa tales como chanclas, crema solar o sombrillas, y que está teniendo "un gran éxito", comenta Reyes.

En el mercadillo del Rototom reinan los productos relacionados con la marihuana, así que es sencillo toparse a cada paso con una camiseta con la planta como motivo o tenderetes especializados en la venta de papel de fumar, mecheros u objetos para el consumo de esa droga.

Se encuentran también objetos elaborados con material reciclado y productos artesanos "muy propios del público alternativo", como bolsos cosidos a mano, ropa diseñada por los propios feriantes o riñoneras de piel y pendientes.

El problema con el que se están encontrando los vendedores es que "esta edición ya no es como las anteriores, la gente va más corta de dinero y no se vende demasiado" pero, poco a poco, los visitantes van animándose a comprar.

También puede encontrase comida típica de al menos doce naciones diferentes, en restaurantes que ofrecen menús a buen precio y que permiten probar platos senegaleses, de Guinea Bissau, jamaicanos, rusos, indonesios, árabes o austríacos.

Además, quien prefiera comprar los alimentos en un supermercado, puede hacerlo en uno con productos biológicos y convencionales instalado en la zona de acampada, donde, además de dormir, los asistentes pueden ir a una zumería, comer en un restaurante internacional o incluso llevar la ropa a la lavandería.

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