El "streetstyler" que no conocía a Louboutin

  • "O Alfaiate Lisboeta" (El sastre de Lisboa), el fotógrafo de "streetstyle" más internacional de Portugal, es José Cabral, un treintañero que pasó de empleado de banca a icono del estilo sin conocer, entre otros, a grandes de la moda como Christian Louboutin.

Ana Aranda Menéndez

Lisboa, 24 oct.- "O Alfaiate Lisboeta" (El sastre de Lisboa), el fotógrafo de "streetstyle" más internacional de Portugal, es José Cabral, un treintañero que pasó de empleado de banca a icono del estilo sin conocer, entre otros, a grandes de la moda como Christian Louboutin.

"Se presentó como Christian, me presenté como José; sin Louboutin, sin Cabral, sin apellidos, nada", explica Cabral a Efe sobre la instantánea que tomó, sin reconocerlo, al famoso diseñador de zapatos.

"Le fotografié porque me gustó su estilo, era un parisino". Una anécdota que refleja la sencilla filosofía mantenida en su blog durante casi cuatro años y con unas mil personas fotografiadas: retratar a quien le hace volverse cuando camina por la calle.

"Veo a alguien que me inspira estéticamente y me dan ganas de tenerlo en mi página para compartirlo con otros", resume Cabral sobre una idea nacida en enero de 2009 y en la que nadie creía.

"Se lo comenté a mis amigos y la conclusión fue: el título está muy bien, la idea no tiene sentido", pero este sociólogo y fotógrafo autodidacta se lanzó a seguir el ejemplo del exitoso bloguero "The Sartorialist", Scott Schuman, a quien sí pudo reconocer.

"Lo encontré por casualidad un día en París y le dije: cambiaste mi vida", recuerda.

Y, aunque confiesa su admiración, como inspiradores, por Schuman o por el "creador" de este tipo de fotografía, Bill Cunningman de The New York Times, cree que los responsables de su éxito son los textos.

"Es en los textos donde el blog gana su identidad más simbólica, donde todo se define", sostiene.

No obstante también destaca el hecho de mantenerse alejado de las prácticas de otras bitácoras similares a la suya que "pierden la identidad" y terminan por convertir una "pagina personal en un contenido comercial".

"Ninguna marca tiene mi página", presume, a pesar de escribir para el semanario Expresso, el gratuito Metro, mantener su blog alojado en la versión portuguesa de Vogue, y aparecer habitualmente en New York Mag.

Esa visibilidad la ha utilizado para otras causas, como la campaña "Está de moda ayudar", dedicada a atender a las familias que se quedan sin hogar y que él apadrina, o para apoyar a su ciudad con un encargo del Ayuntamiento de Lisboa.

Su éxito le ha permitido trasladar fotos del ordenador al papel en un libro que comparte nombre con el blog y en cuya portada aparece la imagen de una mujer llena de tatuajes tomada en una céntrica calle de Madrid, la ciudad donde encuentra el estilo femenino que más le gusta.

Según Cabral "se nota que las españolas, a parte de tener estilo, se arreglan más" y, aunque no sean reconocidas como expertas en moda "la concretan muy bien".

En el caso de los hombres, escoge la "distinción" de milaneses y florentinos, capaces de convertir un accesorio en "algo esencial", pero también la multiculturalidad y multirracialidad que ve reflejada en la forma de vestir en las calles de Nueva York y Londres.

Algo muy diferente a lo que ve en su "tradicional" ciudad y que ejemplifica a partir de una prenda básica como los pantalones blancos, con la que "no se sienten muy confortables" los lisboetas.

"No comprendo como en Londres, una ciudad donde no hace sol, los veo tanto, y en Lisboa, que tenemos una clima fantástico, nadie los utiliza", observa Cabral.

Su propio estilo lo define como "un clásico sin complejos", marcado por los detalles.

"Trabajar en ese sector fue importante -asegura- pero sentía que allí estaba siendo banal, estaba haciendo una cosa que otra persona podía hacer. Yo no hacía la diferencia".

Con el blog sí lo ha conseguido y, para ampliar esa conexión entre la gente que busca con su trabajo, existe también una versión inglesa y otra en castellano de su blog ("The Lisbon tailor" y "El sastre de Lisboa").

Hubo una más en chino, pero "fue un poco una excentricidad" llevada a cabo junto a un amigo residente en ese país.

"Hay personas que tienen ideas y otras que las llevan a cabo. Ese creo que es mi mayor mérito", dice el "Alfaiate" que se confiesa feliz por hacer lo que le gusta sorprendiéndose cada día.

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