Madrid, 28 sep.- La vida es muy dura y "amarga", por eso el Teatro Negro Nacional de Praga ha querido que en su último espectáculo, que se estrena mañana en los Teatros del Canal, los espectadores puedan "tocar" su magia y fantasía con una sorpresa final que, según su director, Pavel Marek, "hará soñar" al público.
El Teatro Negro estrena mañana "Alicia en el País de las Maravillas", inspirado en el cuento clásico de Lewis Carroll, y a partir del 11 de octubre cambia el programa para ofrecer "Las aventuras del barón Münchaussen", dos títulos, explica Marek en declaraciones a Efe, "tan fantasiosos y especiales" como sus creaciones.
La compañía, creada hace 11 años, utiliza para sus montajes sonido, luz, música, baile, mimo y coloridos vestuarios, pero ni una sola palabra.
"Son para el público familiar y es muy importante captar su atención inmediatamente y meterles en la historia para que se olviden de la tramoya que hay detrás", explica Mare (Olomouc, Moravia, 1956).
Diez actores en "Alicia" y doce en "El barón", incluido él mismo, que lo protagoniza, permiten vestidos por completo -incluida la cara- bien de negro o de blanco, que Alicia "vuele", que las casas lleguen del "cielo" o que las manos "escalen" por el escenario, en el que han comenzado a utilizar películas animadas.
Cada espectáculo, indica Marek, necesita "muchísimos" meses de preparación porque cada movimiento de los actores debe ser preciso "al milímetro" para que el espectador no detecte "los trucos" que permiten la ilusión óptica en la que se basa este teatro.
La compañía viajará desde España a China para preparar el estreno, para el año que viene, de "El rey mono" junto al Circo Nacional Chino, "un reto" que les tiene "absolutamente emocionados".
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