"En carne viva", un cómic entre mataderos y lienzos pintados con sangre

  • Madrid.- Del París de la Comuna al de los impresionistas de principios del siglo XX, "En carne viva", la última novela gráfica del dibujante Rubén Pellejero, cuenta los secretos de Tristan, un niño con una terrible deformación que crece refugiándose entre la pintura y los mataderos.

"En carne viva", un cómic entre mataderos y lienzos pintados con sangre
"En carne viva", un cómic entre mataderos y lienzos pintados con sangre

Madrid.- Del París de la Comuna al de los impresionistas de principios del siglo XX, "En carne viva", la última novela gráfica del dibujante Rubén Pellejero, cuenta los secretos de Tristan, un niño con una terrible deformación que crece refugiándose entre la pintura y los mataderos.

Secretos familiares celosamente escondidos, lienzos pintados con sangre, asesinatos misteriosos, "En carne viva" (Astiberri) es también un intento por reflejar el París de la época: desde "los aspectos burgueses" de finales del siglo XIX o la exposición Universal de 1900, al Montmartre del momento.

Se trata "de un retrato" de la época escrito por los guionistas Frank Giroud y Florent Germaine, "un pequeño recorrido que es el fondo en el que transcurre la búsqueda de Tristan", ha afirmado Pellejero en entrevista con Efe.

Dominada por los colores ocres y los rojos, que le aportan "cierto tenebrismo", las tonalidades forman parte importante del aspecto narrativo de la historia.

"Es una técnica mixta entre tintas permanentes. Yo dibujo todo el trabajo en grises y luego aplico acuarelas encima", señala Pellejero.

"Yo lo que quería era dar una sensación de fotografía antigua. Es como si pintáramos un dibujo en grises", explica.

De hecho, hay dos definiciones cromáticas en la historia, la Comuna -que funciona como "prólogo"-, dominada por los azules de lluvia, y el juego entre ocres y rojos, que se ve interrumpido, brevemente, por el verde, que "irrumpe" en la vida de Tristan y simboliza un "cambio anímico" del personaje.

El propio Tristan tiene una "evolución pictórica" autónoma a lo largo de la historia. Se trataba de que el joven pintor tuviera "una vida interior propia" que se reflejara en sus cuadros, afirma Pellejero.

El autor explica que pretendía que el lector, aparte de seguir la historia con todos los misterios que encierra, captara también que Tristan "es una persona a la búsqueda de su propio arte", un artista "que está buscando su propia expresión artística" y esto -añade- "tenía que ser muy evidente en la pintura que hacía".

Respecto al título de la novela, Pellejero apunta que le pareció interesante "buscar algo que tuviera relación con la carne, con los sufrimientos que están a flor de piel".

Decir "En carne viva" significa "reflejar mucho más el aspecto anímico del personaje y, a la vez, juntarlo con el mundo de los mataderos, de la sangre, del color rojo; era el nexo de todo", explica el dibujante.

Pellejero (Badalona, 1952), que fue premiado junto al guionista Jorge Zentner en el Festival de Angoulême de 1997 por "El silencio de Malka", cree que el cómic español está "en un buen momento", con autores que se están "afianzando".

"No estamos en un momento para ponernos a llorar como diez años atrás, que lo veías todo como muy pesimista y muy negro", apunta. Y agrega que ahora se trata de "saber aprovechar" el momento. "Estamos todos un poco a la expectativa, a ver por donde desemboca", confiesa.

Para aquellos lectores a los que "llegue al libro y les interese", Pellejero ha abierto un blog sobre la obra (http://encarneviva-ruben.blogspot.com/), donde podrán "conocer más" de esta novela gráfica y comunicarse con su autor.

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