Fandiño, a la quinta fue la vencida, cortó la oreja que tanto había peleado

  • Madrid.- Una oreja cortó Iván Fandiño en la corrida celebrada hoy en Las Ventas, festejo caracterizado por el nulo juego de los toros, y, sobre todo, por la disposición y capacidad en todos los órdenes del torero triunfador a toda costa.

Fandiño, a la quinta fue la vencida, cortó la oreja que tanto había peleado
Fandiño, a la quinta fue la vencida, cortó la oreja que tanto había peleado

Madrid.- Una oreja cortó Iván Fandiño en la corrida celebrada hoy en Las Ventas, festejo caracterizado por el nulo juego de los toros, y, sobre todo, por la disposición y capacidad en todos los órdenes del torero triunfador a toda costa.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de herederos de Salvador Guardiola Fantoni, bien presentados, serios y con cuajo, sin embargo, justos de fuerzas y bajos de raza. Corrida imposible a pesar de la nobleza que también tuvieron todos los toros. El único que dio alguna opción fue el quinto.

Eduardo Gallo: estocada trasera y tendida, y dos descabellos (silencio); y pinchazo, estocada y dos descabellos (silencio).

Iván Fandiño: pinchazo y estocada (ovación); y estocada saliendo prendido (oreja).

David Mora: dos pinchazos y estocada (silencio tras aviso); y pinchazo, estocada y dos descabellos (silencio tras aviso).

La plaza tuvo un tercio de entrada en tarde de nubes y claros y viento a rachas que, en ocasiones, molestó en el ruedo.

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FANDIÑO, CAPAZ Y CON AMBICIÓN

El año pasado había toreado Fandiño cuatro tardes en Las Ventas, la primera de ellas la de su confirmación de alternativa. En todas estuvo bien y algo más, dejando un poso de torero capaz y con ambición, además de otras virtudes que adornan su estilo, clásico y poderoso, fundamentalmente de valor.

Pocas veces ha podido mostrar y demostrar la cualidad del arte que también atesora. Y es que Fandiño ha tenido que enfrentarse sobre todo a corridas de las llamadas duras, con las que sobrevivir ya es un triunfo.

Hace un mes, con motivo de su debut en Sevilla, en la Feria de Abril, tuvo "la oportunidad" de vérselas con una dificilísima corrida del temido hierro portugués de Palha. Un festejo que se recuerda ahora por las peligrosas embestidas de los toros que llegaron a cobrarse una cornada grave del mexicano Arturo Macías, y por las felices intervenciones que tuvo Fandiño con el capote, además del pundonor y la suficiencia en sus dos faenas.

Son datos que avalan una carrera que viene fraguándose en la dificultad, muchas veces también en la ingratitud, pero que a partir del triunfo de hoy tendrá que verse necesariamente reconocida. Los empresarios tienen ahora la palabra.

En función de la poca opción que dieron "los guardiolafantonis" de esta tarde, parecía imposible acercarse al triunfo. El mismo Fandiño, en su toro primero, muy protestado el animal en los dos primeros tercios por su evidente invalidez y mansedumbre, apenas pudo dejar algún detalle aislado de elegantes formas, sin embargo, con escasa "chispa".

Con el quinto, que se desplazó más, sobre todo por el lado derecho, bordó Fandiño el toreo con el capote en el recibo por bonitas verónicas, y repitiendo en un quite con media de mucha enjundia.

La faena de muleta tuvo empaque, dominio y donosura, abandonándose el torero en la interpretación por ese pitón bueno del toro, pausado y con ritmo. El toreo de Fandiño tuvo gusto, cabeza y arrestos, expresado esto último en la forma de atacar con la espada, tirándose a matar o morir. Salió el hombre por los aires, en una cogida que produjo congoja, pero que, por fortuna, quedó sólo en el susto. Y el toro, rodado, a su pies. Por fin la oreja tan afanosa y dramáticamente buscada.

Gallo no tuvo toros, y sin embargo mostró muy buena actitud. Muy agarrado al piso su primero, no hubo manera de sacarlo del tercio. El cuarto iba pegando tarascadas, con la cara por las nubes, y sin terminar de pasar. En ninguno de los dos fue suficiente el ánimo del torero.

Y otro tanto con Mora, que llegó a estar también por los aires y en el suelo por una espectacular voltereta durante su primer trasteo antes de que el astado se viniera definitivamente abajo. Igual que en el sexto, muy parado, sin terminar de pasar. Baldío esfuerzo.

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