García Vilanova: "La figura del 'freelance' tiende a la desaparición total"

  • Hace sólo 90 días que Ricardo García Vilanova ha vuelto a casa tras su secuestro en Siria y ya está pensando en hacer las maletas en cuanto sus padres "le levanten el embargo". Mientras pueda, quiere seguir disfrutando de su profesión, aunque cree que el 'freelance' está abocado a la desaparición total.

Raquel de Blas

Madrid, 15 jun.- Hace sólo 90 días que Ricardo García Vilanova ha vuelto a casa tras su secuestro en Siria y ya está pensando en hacer las maletas en cuanto sus padres "le levanten el embargo". Mientras pueda, quiere seguir disfrutando de su profesión, aunque cree que el 'freelance' está abocado a la desaparición total.

Junto con sus compañeros de cautiverio -Javier Espinosa (El Mundo) y Marc Marginedas (El Periódico de Cataluña)-, tienen un acuerdo tácito para no hablar del secuestro hasta que no sean liberados todos los periodistas capturados aún en Siria, si bien reconoce sentirse "absolutamente abrumado" con la respuesta que ha tenido la gente.

En una entrevista con EFE, este reportero catalán de 42 años lamenta las dificultades por las que atraviesan los 'freelance' en los medios españoles, cree que hay muy poca gente que pueda subsistir si no se va fuera, y apuesta por establecer unas condiciones de trabajo iguales para todos para que no haya desniveles y se creen situaciones de competencia entre los propios compañeros.

García Vilanova ha publicado en los medios más relevantes de Estados Unidos y Europa (Life, Newsweek, The New Yorker, Time, Le Monde, Paris Match, The Guardian o Der Spiegel, entre otros), ha expuesto su obra en Washington, París, Londres, Madrid, Barcelona o Taiwan, y ha sido galardonado con diversos premios, entre ellos el de periodismo británico The Rory Peck Trust.

PREGUNTA: Tras pasar por una experiencia de este tipo ¿se te pasa por la cabeza dejar tu trabajo?

RESPUESTA: Siempre digo lo mismo: al final lo importante no es lo que tú sientas o pienses, lo importante es que tú eres el defensor de la historia y la historia y las personas son las que se quedan ahí. Para mí carece de cualquier tipo de importancia el hecho de que tú te sientas de una forma o de otra.

P: ¿Se puede ser reportero 'freelance' y vivir de ello?

R: Cada vez es mucho más complicado y creo que de seguir así, la tendencia será la desaparición total de la figura del 'freelance' para dar paso a otro tipo de historias como puede ser trabajar con activistas y personal local.

Hay muy poca gente que puede ganarse la vida como 'freelance'. Yo mismo hago mucha más televisión que fotografía para conseguir equilibrar la balanza y poder continuar como fotógrafo. Creo que lo que tenemos que hacer los 'freelance' es fijar unas condiciones de trabajo porque no puede ser que haya situaciones, precios tan diferentes... Eso crea desniveles y situaciones de competencia entre los propios compañeros.

P: ¿Desde qué lugar debe mirar el fotoperiodista en un conflicto?

R: Siempre desde el lado de las víctimas, desde el lado de los más débiles, desde el lado del perjudicado porque en un conflicto siempre hay dos, tres, diez bandos, los que sean, pero al final los que pagan el precio, los que realmente sufren las consecuencias siempre, siempre son los civiles. Y en el caso de Siria con una incidencia especial en niños y mujeres.

P: ¿Te arrepientes de haber hecho alguna foto? ¿Cómo pones límites entre tus sentimientos y tu trabajo?

R: Los límites sobre qué publicas o qué no siempre son subjetivos. A partir de ahí, la premisa que tengo es que yo tomo las imágenes que me gustaría que tomaran en el caso de que yo fuera la víctima y estuviera en esa situación. Ese es mi límite ético, pero cada uno tiene el suyo, y no son ni mejor ni peor.

P: Cuando uno ha vivido tantos conflictos ¿cómo lo sobrelleva? ¿se llega uno a acostumbrar a la guerra?

R: Insisto en que yo no le doy ningún tipo de relevancia a lo que siente el periodista porque tú eres el transmisor de la historia y lo que pienses es insignificante. Tú has decidido libremente ir ahí y hacer ese trabajo y nadie te obliga: Tienes la libertad, la suerte o el privilegio de poder entrar, de poder salir cuando tú decides hacerlo. La persona que vive ese sufrimiento y padece esa tortura son los civiles y esos son los importantes de la historia.

Antes que periodistas somos personas, en el momento que dejas de ser persona y pasas a ser sólo periodista, entonces deja ese trabajo.

P: ¿La máxima competencia hoy en día de un fotoperiodista o un reportero de guerra son los blogueros nativos?

R: Esto tiene una parte buena y una parte mala. La buena es que a veces, cuando no hay la posibilidad por parte de los periodistas o los fotógrafos de ir a determinados sitios, alguien tiene que dar cobertura a esa zona o a esas historias, y, evidentemente, eso es mejor que nada.

La negativa es que ellos toman partido en ese conflicto y eso no asegura la objetividad, en el caso de que existiera, porque siempre que vas a un sitio como periodista, como fotógrafo, tomas partido. Para mí es una falacia cuando dicen que los periodistas son neutrales, tú tomas partido cuando vas a un sitio, aunque lógicamente tienes que intentar mantener la neutralidad, la objetividad.

En el caso de los blogueros o activistas están condicionados por factores mucho más fuertes que los que puede tener un fotógrafo o periodista, como pueden ser los políticos. Aunque los medios también están influidos por una serie de factores políticos, económicos, empresariales...

P: Quizá con la excusa de los activistas locales, los grandes medios cada vez mandan menos corresponsales y reporteros de guerra.

R: Los medios se excusan porque ellos tienen una cobertura mayor haciéndola con activistas y blogueros y se gastan mucho menos dinero. Evidentemente hay intereses para utilizar de manera injusta esa excusa al igual que para cubrir las noticias con un coste mucho menor. Y es que al final para que los 'freelance' tengamos posibilidad de subsistir, deben darse una serie de condiciones que en la actualidad no se están dando.

P: ¿Cree que las redes sociales están sustituyendo al periodismo profesional?

R: Sí, sin duda. Hay una parte de medios que están justamente propiciando eso. Cada vez más la figura del 'freelance' tiende a la desaparición total en el sentido estricto de la palabra. Estamos hablando de un gasto que oscila entre 150 y 1.000 dólares al día, y tú como 'freelance' no tienes esa capacidad, tienes que gestionar el proyecto, ver si recuperas o no la inversión -y no hablo de beneficios, sino de recuperar el capital invertido-. Y lo que sucede es que cada vez hay más oferta pero mucha menos demanda por parte de los medios.

P: ¿Se tiene que reciclar hoy en día el fotógrafo tradicional?

R: No creo que sea la solución. Yo lo que he hecho es trabajar el formato de televisión, que me permite pagar facturas. Ahora bien, reciclar en el sentido de incorporar nuevas tecnologías, sin duda, porque el formato del futuro es multimedia y el papel va a desaparecer o va a quedar reducido a la esencia mínima. El formato que tendrá que desarrollar el fotógrafo o camarógrafo será una interacción entre foto, vídeo y texto.

P: En su caso, se cumple el dicho de que el sueño de un 'freelance' es dejar de serlo?

R: En mi caso no. Quiero seguir siendo 'freelance' porque tengo el privilegio o la suerte de decidir dónde, cómo y cuándo voy y las historias que quiero cubrir. Estando en un medio no tienes esa posibilidad ya sea por problemas de agenda o por intereses de la redacción.

Evidentemente, la gran desventaja es que no sabes si vas a llegar a fin de mes o vas a poder pagar las facturas, pero insisto, tienes esa libertad de elección, y en ese sentido, si puedo y tengo la suerte de seguir así, no lo voy a cambiar.

P: ¿Cuáles son sus próximos proyectos?

R: De momento, mis padres me tienen secuestrado y cuando me levanten el embargo ya decidiré dónde viajo. Porque, evidentemente, voy a volver. Seguramente intentaré ir hacia África.

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