Grandes voces y una excelente dirección musical para la "Aida" londinense

  • Londres.- En su regreso a la Royal Opera House londinense, la "Aida" del británico David McVicar, destaca por la excelencia de sus voces solistas y una más que brillante dirección musical a cargo de Fabio Luisi.

Grandes voces y una excelente dirección musical para la "Aida" londinense
Grandes voces y una excelente dirección musical para la "Aida" londinense

Londres.- En su regreso a la Royal Opera House londinense, la "Aida" del británico David McVicar, destaca por la excelencia de sus voces solistas y una más que brillante dirección musical a cargo de Fabio Luisi.

En su estreno, hace un año, esta producción de la famosa ópera de Verdi, compuesta con motivo de la apertura del canal de Suez, sorprendió a muchos por la renuncia a todo colorido kitsch y su sustitución por una puesta en escena muy oscura que muestra una sociedad primitiva y salvaje, dominada por la superstición y el sacrificio humano.

Los guerreros no son necesariamente egipcios, sino que pueden ser lo mismo aztecas y de cualquier otra teocracia, y algunas escenas, como la de la mutilación ritual, es, pese a estar teñida de fuerte erotismo, de una brutalidad difícilmente soportable.

Hay momentos menos convincentes como es el de la escena final, con la muerte de Aida y Ramsés enterrados vivos, cuando uno echa de menos una atmósfera mucho más asfixiante.

Tras la retirada de Micaela Carosi, según la explicación oficial por su embarazo, el papel de Aida se le encomendó a Liudmyla Monastyrska, que debutaba así en Covent Garden.

La joven soprano ucraniana, que se estrenó en la Deutsche Oper de Berlin como Tosca, papel que hizo también en el festival Puccini de Torre del Lago, tiene una voz poderosa, capaz de alcanzar sin apenas esfuerzo las notas más altas aunque resulte poco clara en la dicción italiana.

El francés Roberto Alagna, que debutaba aquí como Radamés, papel que ha hecho ya en el Liceu de Barcelona, La Scala y otros teatros, despachó con seguridad la famosa "Celeste Aria" y a partir de ahí su voz resonó con la fuerza, musicalidad y hermosura de timbre que la caracterizan.

Alagna alternará por cierto su papel con el tenor uruguayo Carlo Ventre, que ya hizo a Radamés en la Ópera de San Francisco.

Aún más sobresaliente estuvo la rusa Olga Borodina como Amneris, hija del rey de Egipto y rival de la esclava etíope, que demostró ser una mezzosoprano de una calidad de voz como muy pocas en el panorama operístico actual.

Excelente también el Amonasro (rey de Etiopía y padre de Aida) del barítono alemán Michael Volle, papel en el que debutará aquí el 19 de marzo el mexicano Carlos Almaguer, mientras que el bajo ucraniano Vitalij Kowaljow impresionó igualmente con su interpretación del alto sacerdote Ramfis.

A la excelencia de las voces solistas y del coro hay que sumar la dirección musical de Fabio Luisi, director principal de la Sinfónica de Viena y principal director invitado de la Metropolitan Opera neoyorquina.

Fue la del maestro italiano una ejecución a la vez elegante y soberbia, enérgica y delicada, según los momentos, y en cualquier caso siempre atenta al mínimo detalle.

Joaquín Rábago

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