Iron Man, de traficante de armas a ecologista: el héroe que nos merecemos

  • La sociedad es capaz de cambiar la personalidad de un superhéroe, cuya personalidad evoluciona según los valores que están de moda
Robert Downey Jr tiene bastante culpa de que ahora nos caiga bien Iron Man.
Robert Downey Jr tiene bastante culpa de que ahora nos caiga bien Iron Man.
Marvel
Elena Cabrera

Tony Stark es un ingeniero industrial, un genio de la tecnología que usó su talento para convertirse en multimillonario gracias a la fabricación de armamento para el ejército de los Estados Unidos. Tony Stark es, ante todo, un patriota.

¿Pero qué tipo de persona es? Es "un cerebro superior, pero indisciplinado y hedonista. Un niño rico que lo ha tenido todo fácil y que se toma todo a broma", explica el traductor de los cómics de Iron Man,Santiago García. "Es un alcohólico y un ligón a lo James Bond pasado de moda", dice Salvador Larroca, su actual dibujante para Marvel. "Stan Lee lo imaginó como un Howard Hughes, un playboy millonario y, a su vez, visionario" según Julián M. Clemente, editor de Marvel en España. "Es un mujeriego habitual de las revistas del corazón y de la jet set", remata García.

Pero Tony Stark tenía una debilidad: una pieza de metralla alojada cerca de su corazón le obligó a construirse una armadura que le convirtió en invencible. Ese es el nacimiento de Iron Man. Stark necesita a Iron Man no sólo para convertirse en un superhéroe, como Supermán, sino simplemente para sobrevivir.

"Cuando hacía un sobreesfuerzo o la energía de la armadura se agotaba, Tony estaba en peligro. Un hombre de hierro por fuera con el interior frágil y siempre al borde del desastre. Digamos que Tony Stark era frívolo por fuera y serio por dentro, mientras que Iron Man era duro por fuera y blando por dentro" analiza Santiago García. Pero el personaje creado en 1963 ha evolucionado mucho y ahora "ese problema parece superado" gracias a la alta tecnología, como el tecnovirus extremis que lleva en el interior de su cuerpo y le permite ser capaz de controlar su armadura mentalmente. "De manera que la frontera entre Tony e Iron Man se ha ido borrando".

El Iron Man del año 2010, orquestado por el guionista Matt Fraction y el dibujante valenciano Salvador Larroca en la serie The Invincible Iron Man, es ya "un protociborg, el primer paso en la fusión hombre/máquina" explica el crítico Javi Sánchez. "El guionista Warren Ellis le convirtió hace poco en un ciborg de la era de la información, un router posthumano. La historia de 'necesito la tecnología de Iron Man para sobrevivir a mi fragilidad humana' ha tenido muchas variantes en los cómics: Tony Stark ha sido alcohólico, parapléjico, enfermo degenerativo y un desgraciado en general".

La sociedad cambia, Iron Man cambia

El escenario bélico en el que nació Iron Man en los años 60 era el de Estados Unidos en la Guerra del Vietnam. En cambio, la gran amenaza terrorista actual post-11S de su país es la del terrorismo islámico, las guerras de Irak y Afganistán, "las células de Al Qaeda, bombas atómicas perdidas en Ucrania, bandas de mercenarios salidos de las ex-repúblicas soviéticas y amenazas oscuras enterradas en lo más profundo de China" describe su traductor. Pero, en los 60, Iron Man "se adhiere con ingenuo júbilo a la causa, mientras que ahora vive en permanente estado de crítica al gobierno". Los vaivenes políticos de Estados Unidos y el pulso de su sociedad convierten al superhéroe en una veleta: "El Iron Man clásico se volvió antibélico cuando también se volvió la sociedad, y ya a finales de los 60 iba a Vietnam a ver morir a los niños y a preguntarse por qué y a plantearse que la guerra es una barbarie en la que todos perdemos".

"A lo largo de sus casi cincuenta años, la personalidad de Stark ha ido variando de acuerdo con los acontecimientos sociales de cada década", resume Eduardo Salazar, autor de un libro sobre Los Vengadores, la pandilla superheroica encabezada por Iron Man y que Joss Whedon llevará a la gran pantalla. "El de ahora es el Iron Man de los tiempos que corren -cuenta su dibujante-, ya no fabrica armas sino que utiliza su energía repulsora para salvar el planeta". Marvel tomó esta decidión porque Iron Man "es una franquicia básica de la que sale mucho dinero y se explota bien, ha de representar los valores de la empresa", cuenta Larroca. "Iron Man no ha sido popular porque representa el lado de los derechos del Gobierno de los Estados Unidos. Ya no despierta simpatías el tipo que fabrica las armas con las que el gobierno invade países y monta guerras".

"Lo que le hace contemporáneo es que, por encima de su genialidad, está cargado de defectos. Se los perdonamos, pero están ahí, él es consciente de ellos y quizás sea eso lo que le convierte en un héroe con cara, ojos y pies de barro" explica el representante de Marvel. Esa misma expresión usa Larroca: "un héroe con pies de barro". Para Clemente, sólo personajes como Steve Jobs o Shigeru Miyamoto podrían reflejarse en Tony Stark.

"Tenemos un señor que dirige grandes corporaciones y hace el bien. Para unos puede ser algo imposible, para otros no", explica Eduardo Salazar. "Los personajes de ficción no son realistas, están idealizados para atraer al público, y jamás se equivocan en algo irreparable, el malo es el malo. Idealizamos a Robin Hood y sus alegres hombres de Sherwood pues sabemos que el Príncipe Juan era un tirano usurpador y que los buenos en verdad redistribuían lo robado entre los pobres, en la vida real serían terroristas o ladrones".

Novias liberadas

En los cómics de los años 80 y como reflejo de "la liberación de la mujer" explica Salazar, "sus novias son ahora más activas, detectives y guardaespaldas, o líderes de bandas criminales" e incluso el propio Stark "va contra la ley e inicia una guerra privada contra todos aquellos que han pirateado sus patentes".

Con la llegada de la "Guerra Civil de Marvel, la misma que trajo noticias como Spiderman desenmascarado o la muerte del Capitán América", explica Javi Sánchez, tenemos a "Iron Man dirigiendo el cotarro oficialista y jugando a empresario metido a político neocon. El personaje fue como un villano de James Bond que ganara todo el rato, sancionado por un regimen conspiranoico muy a lo Bush. Una historia que todavía continua a día de hoy, con Tony buscando la redención y el perdón de sus antiguos amigos, ahora que está Obama y hay que ser buenos".

El siglo XXI es el del Stark político, "un personaje que, en su prepotencia capitalista y conservadora, se pone al frente de la comunidad superheroica en un intento de organizarles a todos bajo la autoridad del gobierno de los Estados Unidos. Apoya una serie de leyes que obligan a los enmascarados a trabajar para el gobierno y a revelar sus identidades (algo a lo que él llevaba negándose desde sus inicios) y al frente de sus seguidores comienza a dar caza a los que no pasan por el aro, gran parte de ellos amigos suyos de toda la vida, como el Capitán América. Tras una temporada al frente de la seguridad de los Estados Unidos, es víctima de su propia política, y cuando cae en desgracia, él mismo es convertido en víctima de sus propios designios, acosado y perseguido, por la nueva administración que le sustituye. Ahora que Bush ya no está y ha entrado Obama, parece que todo va a arreglarse. Así funciona", cuenta Salazar.

Una conclusión que confirma Sánchez: "Fans del cómic y público general han dado su bendición a ese entrañable bastardete que es Tony Stark, y la productora lo tiene como buque insignia para llegar al blockbuster que será Los Vengadores, en 2012".

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