Jesús Ferrero salda la deuda que tenía con su generación en una nueva novela

Madrid.- El escritor zamorano Jesús Ferrero cree que "cada generación necesita que le cuenten el mundo otra vez", y él se sentía en deuda con la suya, la que creció con el rock and roll. Para saldarla ha escrito la novela "Balada de las noches bravas", una historia de amores tormentosos, lealtades, traiciones y locuras.

"Tiene que desaparecer el rencor al pasado para que puedas narrarlo con cierta grandeza", decía hoy Ferrero en una entrevista con Efe, al justificar por qué ha dejado pasar varias décadas para novelar sus experiencias de infancia y juventud, y evocar sus años de estudiante en París, en "el último período de esplendor intelectual y artístico de esta ciudad".

La niñez y la juventud son "determinantes" porque, como dice uno de los personajes de la novela, "escribimos nuestro destino en una época en la que no sabes escribir", afirmaba Ferrero (Zamora, 1952), en cuyos primeros años de vida tuvo "experiencias tan fuertes que solo el tiempo podía colocarlas en su sitio y convertirlas en materia literaria" .

El narrador de "Baladas de las noches bravas", publicada por Siruela, tiene una vida "tremendamente paralela" a la de Ferrero, y el personaje de Beatriz, la protagonista femenina, es la suma de las diferentes novias que ha tenido el escritor, que en realidad se parecían mucho unas a otras porque "siempre amamos al mismo tipo de mujeres".

Ciro, el protagonista, y Beatriz eran amigos desde la infancia y esa amistad fraternal se transforma luego en una historia de amor, "tormentosa como casi todas" y que le da pie al autor a evocar las peripecias vitales de personas que "conocieron la demolición del saber, el triunfo de todos los escepticismos en los que vivimos ahora".

Y a evocar también "el comienzo de ese marasmo existencial en el que continuamos detenidos, el final de una forma de pensar y el inicio de una especie de parálisis reflexiva, intelectual, en la que está sumido todo el mundo occidental sin exclusión", aseguró el autor de "Bélver Yin", "Las trece rosas" o "El beso de la sirena negra", entre otros títulos.

Pero "de esas cosas" Ferrero se dio cuenta más tarde. En principio, lo que él quería era acercarse a su generación y a su propia persona, "casi por primera vez" en su vida. El material biográfico sólo lo había utilizado hasta ahora en su novela "Ángeles del abismo".

Amante de la cultura francesa desde niño, Ferrero se licenció en Historia Antigua en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París, y tuvo como profesores a Lacan, Levi-Strauss, Foucault, Deleuze y Barthes, entre otros.

Todos esos intelectuales desfilan por la novela, en la que "no hay apenas situaciones inventadas", afirma el escritor, quien también refleja en su obra la admiración que sentía por escritores como José Ángel Valente y Julio Cortázar. A ambos los conoció en París.

Valente fue "muy generoso" con Ferrero y su novia de entonces, y el escritor zamorano procura "dar una imagen objetiva" del gran poeta español. "Era de apariencia tranquila aunque luego sufría mucho por dentro", comenta.

En los años sesenta y setenta París vivió "una nueva época de oro, y nadie se esperaba que fuera a tener un declive tan brutal", asegura el escritor, quien considera que su nueva novela "también es interesante porque habla de ese último período de esplendor intelectual y artístico de la ciudad, que probablemente ya no volverá".

Ahora, Francia "es un país intelectualmente adormecido, como sucede en otros países. Hemos demolido todo nuestro sistema de pensamiento. Las ideologías han muerto", señala Ferrero, quien no descarta que en el siglo XXI "vuelva a haber nuevos resurgimientos intelectuales, pero hay una etapa de la historia cultural de Europa que concluye con la posmodernidad".

Ferrero quizá explore en una nueva novela "la segunda parte" de su juventud, el Madrid y la Barcelona de 'la movida', que no han sido bien narrados", pero lo hará "con otro narrador" porque no quiere que ninguna de sus novelas "sea tributaria de las anteriores".